Vila-real ha sido uno de los municipios pioneros en la normalización de su nombre. «El nom és Vila-real» es la campaña que desde la concejalía de Normalización Lingüística del ayuntamiento, que encabeza el edil Pasqual Batalla, se lleva a cabo desde hace varios años como herramienta pedagógica y de notoriedad para ahondar en la sociedad la idea de que el único topónimo aceptado y oficial, desde que en 2006 así se aprobara en el pleno municipal, es Vila-real (y no Villarreal ni Villarreal de los Infantes), una sola palabra con guión y 'r' minúscula. No obstante, la denominación en valenciano ya fue aprobada en 1982 por Decreto de la Generalitat Valenciana.

En esta decisión, fruto del consenso político y social, tuvieron un peso específico las indicaciones de la Academia Valenciana de la Lengua, así como los problemas de escritura que plantea la doble denominación de nuestra ciudad, provocando la proliferación de varias grafías erróneas.

La razón de forma valenciana de la nomenclatura no es capricho ni fruto del azar sino que se fundamenta en argumentos históricos y gramaticales. Tal y como se explica en los dípticos informativos de la campaña, el motivo de que se escriba «real» y no «reial» es que esta primera forma ya aparece en textos de San Vicente Ferrer o de Jaume Roig.

El uso del guión responde al hecho de que es el signo ortográfico que sirve para unir palabras compuestas en las que el primer elemento acaba en vocal y el segundo comienza por 'r', 's', o 'x'. La 'r' se escribe en minúscula porque Vila-real es una sola palabra y no dos. En las palabras compuestas, solo se escribe en mayúscula la primera letra del primer elemento.

Batalla ha reiterado en varias ocasiones que «lamentablemente todavía son muchas las veces en las que hemos de dirigirnos a empresas, instituciones u otras entidades para advertirles de los errores que cometen cuando se refieren al nombre de la ciudad».