En febrero de 2013, la plataforma Bosc Viu ya se movilizó públicamente contra el impacto de la tala de arbolado y de vegetación para la creación de cortafuegos en la Serra Calderona. Según los ecologistas, la extensión de bosque arrasado era «injustificable» y «en absoluto se trata de una medida efectiva para evitar el avance de un incendio forestal; aunque lo cierto es que, para supuestamente evitar la destrucción por el fuego, se destruye la zona antes, lo cual no tiene ningún sentido».

Un argumento similar fue el que expusieron los mismos colectivos contra la tala de más de 10.000 árboles aprobada por la Conselleria de Medio Ambiente en Penyagolosa; bajo el argumento de erradicar la plaga de muérdago. La denuncia ecologista indicaba que se estaban cortando árboles sanos o con un porcentaje de muérdago totalmente normal. En todos los casos, la conselleria ha respondido que se trata de actuaciones avaladas por los servicios técnicos. No obstante, cada vez son más los colectivos ecologistas e incluso los expertos científicos que cuestionan este tipo de métodos de gestión de las masas forestales. N. martín castelló