Los maceteros que bordean las aceras a lo largo de la calle Zaragoza, que desemboca en la avenida Rey Don Jaime I, presentan huecos en la tierra donde deberían estar las flores y plantas que lucían hace tan solo unos días.

La vegetación, a modo de decoración, brilla por su ausencia en algún que otro macetero, y en el resto se ha visto reducida a unas pocas hojas y pétalos. Vecinos del lugar critican su repentina desaparición y la achacan a robos, ya que la tierra está revuelta y no han visto a ningún operario autorizado del ayuntamiento trabajando en la zona.

Las flores y las plantas son un elemento más del paisaje urbano, contribuyendo así a mejorar la imagen de las calles asfaltadas y aportando un toque de color al grisáceo pavimento de la acera.

Sin embargo, el deterioro de los maceteros es evidente. Los azulejos que los recubren presentan pintadas y algunas piezas están resquebrajadas. La tierra ejerce de cenicero improvisado y las flores crecen entre ceniza y colillas. La suciedad se acumula en un lugar que debería ser natural.

Los vecinos instan ahora al ayuntamiento a que actúe y recupere un elemento tan vital para convertir el trajín urbano en un agradable paseo. La identidad y la motivación de los autores del hurto es desconocida.