Alessandro De Marchi apareció ayer entre la espesa niebla que ocultaba la cima de Fuente del Chivo como vencedor de la etapa maratón de la Vuelta, de 215 kilómetros, en la que Aru, que sigue de líder, y Purito Rodríguez ganaron un puñado de segundos a Tom Dumoulin, el rival a quien deben alejar antes de la cronometrada de Burgos. De Marchi remató su hazaña particular medio minuto por delante de su compatriota Salvatore Puccio y José Joaquín Rojas, a quien sus aptitudes de velocista no le sirvieron a tanta altura.

Los grandes, juntos todo el día bajo al ritmo de los chicos del Astana, se movieron en la parte más dura del ascenso, es decir en los últimos 4 kilómetros, y lo hicieron cuando atacó el de siempre, Fabio Aru, quien aprovechó un acelerón de Mikel Landa para probar a los rivales. A 500 metros de la cima Aru vio cómo se alejaban los dorsales de Purito y Quintana entre la niebla. Donde las dan, las toman. Una respuesta a tanto envite del italiano, eso sí, más simbólica que práctica. Un segundo le quitó el catalán, 6 el boyacense. Mejor supieron los 20 segundos de ambos a Dumoulin.

Al acabar la etapa, Fabio Aru dejó claro que necesita «meterle más tiempo a Dumoulin» después de haber ampliado su ventaja en 19 segundos —para un total de 49—, gran especialista en la contrarreloj.

Lo mismo cree Purito. «Serán dos etapas duras y puede llegar con desgaste a la crono. Tiene que ceder, porque si no, el gran favorito para ganar esto», aseveró sobre las próximas citas.