El Borriol sucumbió en el campo del Torre Levante con dos tremendos cabezazos del espigado delantero Marc Cosme, que se aprovechó de su envergadura y su destreza aérea para rematar con la testa al fondo de las mallas de la portería de Quique Cortells. Dos saques de esquina en contra y dos goles. El primero nada más arrancar el primer tiempo (minuto 3) y el segundo cuando el encuentro estaba dividido y con llegadas en las dos áreas (minuto 62). Derrota justa que llega después de la exhibición contra el Castellón del miércoles en El Palmar.

Fue ponerse el partido en marcha y todo el planteamiento de Pedro Fernández Cuesta se fue al garete. Todo porque un exalbinegro como Marc Cosme estuvo muy atento en el área borriolense y envió el cuero al fondo de las mallas del arquero vila-realense Quique Cortells, a la salida de un córner. Fue de las pocas ocasiones claras que tuvo la escuadra valenciana, pero el cuero acabó al fondo de la portería. Así que el conjunto de la Plana Alta se tuvo que rehacer. Empezar de nuevo, pero con el marcador en contra.

El Borriol tocó y tocó ante un contrincante bien agazapado atrás en un campo complicado. Sin prisa, pero también sin pausa los rojillos fueron viendo de cerca al cancerbero local Colorado. Primero con un zapatazo de Aaron que salió fuera, y antes de la media hora con un mano a mano del pichichi Víctor Pino que se quedó sólo ante el meta valenciano y remató a centímetros del palo. Una lástima. En el minuto 36 el propio Pino repitió lanzamiento y el cuero también salió desviado.

El segundo tiempo estuvo presidido por la igualdad y el querer y no poder. Los locales, con muchas precauciones, arriesgaron lo mínimo. Los visitantes, a los que les faltó chispa, no tuvieron su día y, pese a intentarlo, fueron perdiendo fuelle. En el ecuador del segundo tiempo llegaría el 2-0 que resultó falta de necesidad. La sentencia. Otro saque de esquina fue cabeceado por Marc Cosme al fondo de las mallas. Ahí acabó el sueño.