Extorsiones, procedimientos viciados, estructuras de poder al margen del organigrama oficial del ayuntamiento... Muchas andanadas lanzadas por el vicealcalde de Castelló, Enric Nomdedéu, contra el Partido Popular que pueden acabar directamente en los tribunales. La portavoz del grupo municipal popular, Begoña Carrasco, confirmó ayer que la formación política está «estudiando emprender acciones legales «contra el vicealcalde «ante la gravedad de las acusaciones vertidas» en el acto del Casino Antiguo del pasado lunes.

De momento, como confirmaron ayer desde el PP, se ha dado traslado del discurso de Enric Nomdedéu a los abogados del partido, quienes deberán determinar si puede haber incurrido en algún delito de calumnias, aunque será en los próximos días cuando confirmen si se da el primer paso para llevar el tema ante un juez. Para Begoña Carrasco, «estamos ante unas acusaciones imprudentes y temerarias pues son unas declaraciones impropias de un vicealcalde de una gran ciudad». Con estos argumentos, la portavoz del grupo municipal del PP recordó que «recientemente sembró la duda acusando de fraude al movimiento vecinal», preguntándose que, «si ahora acusa de extorsión al Partido Popular, qué será lo próximo».

Enric Nomdedéu, que participó en un acto en el Casino Antiguo de Castelló, realizó un balance de estos primeros cien días de gobierno municipal que comparten Compromís y PSPV en el que, además de hablar de propuestas de futuro, sacó a la luz algunos aspectos de la gestión del PP durante sus 24 años de mandato.

El vicealcalde, como recogió ayer este diario, afirmó, entre otras cuestiones, que «el procedimiento administrativo del Ayuntamiento del PP se había convertido en un régimen, en una determinada manera de hacer, con muchas irregularidades administrativas, con procesos viciados y con extorsiones a algunas empresas».

En esta línea, subrayó que «ha habido dejadez, irresponsabilidad, sensación de impunidad absoluta y ha habido el convencimiento de que no sólo siempre se había hecho así, sino que siempre se seguiría haciendo así porque creían que siempre iban a gobernar ellos; pero hubo unas elecciones y la ciudad de Castelló dijo basta». Además, habló del «descontrol» con la cesión de locales a grupos o asociaciones «algunos sin ningún acuerdo documentado, sin contratos, cada uno con unas condiciones diferentes, absolutamente discrecionales por parte del gobierno, es decir, amiguismo y trato de favor».