Mientras se resuelve el finiquito del anterior entrenador, a Kiko Ramírez le toca ver los partidos desde la grada. Ahí pudo apreciar los matices de Castalia, en una jornada atípica en el estadio. Se jugó por la mañana, hubo lluvia, se llenó la Tribuna, no hubo animación en los fondos y la bronca creció hasta estallar hacia el palco en los minutos de añadido. Kiko, que debutaba en casa tras comenzar con una victoria fuera, vio desde cerca los efectos de ese ambiente irrespirable en el rendimiento de su equipo, que compitió sin mucho brillo, pero compitió, hasta el 1-1 del minuto 67, que tuvo unas consecuencias catastróficas. «El empate nos ha hecho mucho daño», dijo Kiko después en sala de prensa.

«La situación es difícil», abundó, «porque el ambiente de cara al jugador no es el más adecuado. A partir del empate el balón quemaba, el equipo ha perdido la confianza y ellos se han aprovechado de que el jugador en casa está muy presionado. La ansiedad es enorme. Es un hándicap, pero sabía que a lo que venía, esto solo lo solucionan las victorias».

Más que por el juego del equipo, Kiko se mostró preocupado por el ambiente de Castalia. «No nos podemos dividir», insistió, «la afición por un lado y el equipo por otro. Estoy fastidiado pero soy optimista. Hay que acostumbrarse. La gente lógicamente quiere ver al Castellón arriba. Hay que saber las cosas que pasan en un partido y sobreponerse, centrarse únicamente en trabajar, estar ordenados, pensar? No dejarse llevar por la situación. A raíz del 1-2 el equipo ha perdido el norte. Nos vienen los pensamientos negativos, pensamos que tenemos mucho que perder y los rivales mucho que ganar. Debemos aprender y saber pelear contra esto. Es una lección que hay que asumir. Nos vamos a levantar y arreglar la situación», espetó.

La prioridad del cuerpo técnico es ahora revertir ese panorama. «El ambiente que se pueda generar lo tenemos que mejorar nosotros. Con juego, con balón... Corriendo con sentido. Así la gente nos va a apoyar. Como entrenador intentaré que la comunión entre afición y equipo sea total».

Preguntado por cambios en la plantilla, Kiko recordó que su «misión es sacar rendimiento de lo que hay, los futbolistas tienen mucho margen de mejora», pero abrió la puerta a la incorporación de algún jugador «para que haya competencia en todos los puestos».

Asimismo, Juanra Cabrero, uno de los veteranos de la plantilla, pasó por la sala de prensa. Juanra admitió que el equipo está «muy tenso, no da lo que tiene que dar. Estamos con dificultades, agarrotados, físicamente sufrimos más desgaste que el normal. La precipitación nos lleva a cometer errores que salen muy caros».

Juanra, que fue sustituido por Luismi Ruiz en el minuto 69, conminó al grupo a «subsanar los errores». «Hay que aceptar lo que se ha visto dentro del terreno de juego», comentó, en referencia a la victoria del Orihuela, «no queda otra. Lo nuestro mañana es levantarnos y trabajar». La tirantez con la grada tampoco pasó desapercibida para el equipo. «Son situaciones propias del fútbol profesional, aunque ahora seamos casi amateur, la afición es exigente y es normal en el Castellón», dijo. El valenciano echó de menos algo más de posesión de balón. «Llega un momento en el que el equipo está tan agarrotado que, aun metiendo el gol y poniéndose por delante, se echa atrás y no busca el segundo para estar tranquilos. Sin querer lo haces. Luego cualquier error, te empatan y te hundes todavía más. Nos han hecho correr mucho sin balón y eso nos ha desgastado mucho. No tener la pelota ha sido la clave», concluyó.