Como marca la tradición, ayer se abrió el plazo de bodas en la basílica de Lledó de Castelló. Sin embargo, no hubo noticias de las colas nocturnas de antaño para coger fecha en 2017. La reducción de las uniones católicas en favor de las civiles también ha afectado a uno de los lugares de referencia para contraer matrimonio. Ahora es más fácil encontrar el día señalado para casarse en Lledó, de ahí que los primeros novios para la agenda de 2017 hayan evitado pasar la noche al raso y acudieran ayer por la mañana a inscribirse.

El año pasado, nueve parejas aguardaron la noche previa a la apertura del registro frente a la basílica, pero ayer su explanada ofrecía una imagen desértica, que contrasta con la de hace apenas unos años, cuando un río de parejas, equipadas con sillas y mantas, hacían noche en el exterior para reservar el día de su boda.

El fervor religioso por Lledó continúa en Castelló, pero la secularización de la sociedad en los últimos años ha avivado los matrimonios civiles frente a los religiosos. Como muestra, en el año 2000 se oficiaron 200 bodas en la basílica, mientras en 2015 se realizaron 49, lo que supone un descenso de un 75 %.