El nuevo Gobierno valenciano se ha marcado como uno de sus objetivos poner en valor los terrenos circundantes del aeropuerto de Castelló a través de la captación de empresas dispuestas a instalarse en la denominada zona de actividades complementarias (ZAC), que abarca medio millón de metros cuadrados (ampliables). El problema es que, hasta la fecha, no ha habido ningún inversor interesado en el área logística del aeropuerto, lo que impide acometer su urbanización. Desde la sociedad Aerocas detallan que el desarrollo del suelo se hará por fases y en función de la demanda empresarial. Recalcan que la gran cantidad de suelo industrial disponible en España dificulta la captación de inversores y señalan que urbanizar toda la superficie disponible requeriría una inversión de «varias decenas» de millones de euros.

El jefe del Consell, Ximo Puig, manifestó en noviembre que es un objetivo estratégico de la Generalitat dar salida a la reserva de suelo del aeropuerto a través de la creación de un parque empresarial. Puig destacó que el Gobierno valenciano promocionará este área logística -poniendo en valor sus buenas comunicaciones por carretera- para complementar el uso turístico de la instalación. El Consell pretende explorar todas las vías para dar viabilidad al aeropuerto, de manera que deje de ser una sangría para las arcas autonómicas. El president reseñó también que el desarrollo del área industrial supondría un revulsivo económico para el interior y una fuente de generación de empleo.

Esta declaración de buenas intenciones se da de bruces con la cruda realidad. Y es que la zona logística del aeropuerto no ha despertado en los últimos años el interés de ningún inversor, a excepción de la oferta de compra «fantasma» que presentó en 2013 un misterioso grupo libio con el que negoció Carlos Fabra. Fuentes de Aerocas confirmaron que no ha habido ninguna propuesta empresarial en firme que permita activar el proceso de urbanización. Según señalaron, los terrenos disponibles seguirán en barbecho mientras no haya demanda.

Aerocas rechaza embarcarse en obras sin tener asegurada su rentabilidad. Desde la sociedad pública recuerdan que en los años de la burbuja de la construcción se desarrollaron por doquier millones de metros cuadrados de suelo industrial que siguen sin ocuparse. En la provincia de Castelló hay varios ejemplos de vastas extensiones de terreno con viales y farolas pero ninguna empresa.

La urbanización del área logística del aeropuerto se hará por fases y en función de la demanda existente. La ZAC contempla el emplazamiento de empresas relacionadas directa e indirectamente con un aeropuerto, pero también recoge la opción de acoger instalaciones industriales.

Fitur 2016, nueva oportunidad de captación de vuelos

La próxima edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se celebra a final de mes, se presenta como una nueva oportunidad de captación de vuelos para el aeropuerto.

Por primera vez, la base castellonense acude al certamen turístico con vuelos regulares, que de momento se limitan a los de Ryanair, aunque también está confirmado para este año el inicio de las operaciones de la aerolínea rumana BlueAir. De manera que el aeropuerto ya puede «venderse» ante compañías y turoperadores como una infraestructura operativa que, además, ofrece las tarifas más bajas de España.

Este 2016 ha de ser el del despegue del aeropuerto de Vilanova-Benlloch. El objetivo que se ha marcado la concesionaria, SNC-Lavalin, es llegar a los 120.000 pasajeros, una cifra que tiene cubierta en un 80 % gracias a Ryanair y BlueAir. La compañía irlandesa (que dispone de los vuelos de Londres y Bristol) plantea la apertura de más rutas, dada la elevada ocupación de los aviones en sus conexiones con Castelló. La estrategia promocional del aeropuerto se focaliza en países del norte de Europa, donde aspira a crear nuevos enlaces. De manera que en Fitur 2016 se intensificarán las gestiones por parte de la Generalitat y la diputación para captar vuelos que aporten tráfico y viabilidad a la infraestructura.