Su clientela tiene a su abasto una variedad de unos 50 bocadillos y puede elegir para almorzar entre el interior y una amplia terraza exterior que, dispone, además, de una carpa cubierta para la temporada de invierno. La cafetería Azahar abrió sus puertas en 2010 en la calle Tiétar en el barrio Sensal. Reúne a vecinos, a músicos e integrantes de gaiatas y a policías nacionales por la cercanía del Palau de la Festa y la Comisaría.

Por cuatro euros se puede degustar un bocadillet más un café y un refresco. El pan de la tostada proviene de la localidad andaluza de Antequera. Entre otros entrepanes hay de bacalao; sepia, paté y bacon; tortilla de patatas; sobrasada con queso camembert; pechuga con lechuga, tomate y mayonesa; longanizas con pimientos; y morcilla de burgos con cebolla frita y allioli.

Para los que prefieran otros productos, el local también ofrece bollería que elabora el propio establecimiento con un horno propio, además de tostas de pizza.

El propietario de la cafetería Azahar, Jorge Escrig, destaca que todo el producto es artesanal.

Otro de sus puntos fuertes es su emplazamiento. Se encuentra en una de las calles principales de Sensal, lo que le ha convertido en un lugar de reunión de numerosas familias del barrio. «Los vecinos nos dicen que hemos dado alegría», resalta Escrig.

Los padres disponen en la terraza de una zona de juegos para que sus hijos jueguen mientras disfrutan del almuerzo o un café. El espacio exterior también anima a los usuarios a acercarse con sus perros, tal como se puede apreciar en las fotografías que ilustra este reportaje.

Jorge Escrig subraya la trayectoria hostelera de su familia; sus abuelos montaron el popular bar Caribe, y sus hijos, la Parada y el bar Ángel, todos ellos en las proximidades del Hospital General.