Trabajadores de la textil Dusen de Castellón han dado un paso más en la venta de artículos para recabar dinero para sus indemnizaciones con la puesta en marcha desde hoy de un mercado para la venta de mobiliario, objetos de decoración, obras de arte y antigüedades que existen en las instalaciones.

Según ha explicado a EFE la presidenta del comité de empresa, Inma Pérez, quien se acerque esos días por la nave podrá adquirir desde muebles de oficina a pinturas al óleo, cuadros de artistas de renombre como el castellonense Bolumar, elementos decorativos, sofás y máquinas de coser antiguas, como las usadas para tejer medias a mano.

La empresa, que inició su andadura en Castellón en 1962, arrancó su disolución en junio de 2013 y en enero de 2014 se rescindió el contrato de 72 de sus 80 trabajadores, a los que aún se adeuda parte de sus nóminas y de la indemnización.

El resto quedó al margen del expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción para hacerse cargo del proceso de liquidación, pero a día de hoy sólo dos siguen en la empresa.

Junto a la venta de mobiliario de despachos y oficinas iniciada este martes, los trabajadores de Dusen abren también la venta directa de maquinaria industrial, de la marca y del producto al por mayor.

"Hasta ahora hemos estado trabajando en la adjudicación de la unidad productiva, es decir, en la posibilidad de que algún empresario interesado reabriera la fábrica con un número limitado de trabajadores, y por eso no se podía vender al por mayor el género, para preservar la marca, ligada a la unidad productiva, ni tampoco la maquinaria industrial", ha explicado Pérez.

El plazo para hacer viable esta opción expiró el pasado enero, de ahí que los trabajadores hayan iniciado esta nueva fase, con la que esperan finiquitar una liquidación que ya lleva dos años y medio y deshacerse del mayor número posible de enseres y producción "antes de llegar a la subasta judicial, en un plazo de uno o dos meses, aunque puede variar".

Así, desde este martes la antigua zona de recepción de la que fuera la textil de referencia en la capital de La Plana se asemeja más a una tienda de muebles.

Los empleados han puesto un precio de salida para cada uno de los objetos, "y con aquellos de más valor se dará un plazo de diez días para que los interesados pujen y, pasado este tiempo, se subastarán", ha indicado Inma Pérez.

Sólo están ella y otro empleado al frente de las ventas, de los cerca de diez que preservaron sus contratos para hacerse cargo de la liquidación. "Los demás han ido encontrando trabajo en otros sitios", ha apuntado.

Pérez ha mostrado su deseo de que este nuevo mercadillo sea el definitivo: "Esperamos dar por zanjada la situación, en enero hizo dos años desde que se inició la extinción de los contratos, y dos años y medio desde que se entró en liquidación, es mucho tiempo".

"Somos optimistas, vemos que, con la colaboración del liquidador, las cosas están desarrollándose como deben, no en el tiempo, porque es demasiado lento, pero sí hemos sacado el mayor partido para que todos los acreedores podamos recibir algo", ha concluido