»Cuando escucho una noticia sobre violencia de género es como si me clavaran algo a mí», afirma Maite Gelabert, la psicóloga del área de Servicios Sociales del equipo de base del Ayuntamiento de Benicarló.

Son muchos los casos que ha atendido a lo largo de los años esta psicóloga que se mueve y trabaja en una localidad como Benicarló aparentemente tranquila pero con una lacra que, como en el resto de las ciudades, no descansa. Un virus que se mueve oculto entre los cimientos de los hogares y que puede generar cualquier acto violento en el momento más insospechado. A algunos de ellos nos asomamos en los periódicos o en las noticias y suelen tener un final trágico, pero antes, a veces mucho antes, ya han existido otros intentos de agresión. Es en este espacio de tiempo en el que actúan los equipos de los que disponen las áreas de Servicios Sociales de los consistorios trabajando por crear una sociedad más justa e igualitaria, y son personas como Maite las que atienden a mujeres que a veces acuden por voluntad propia, y en otros casos son derivadas por la Policía Local o la Guardia Civil, con los que trabajan en estos casos codo a codo.

Como apunta Maite, este es un problema «a nivel de todo el estado, pero en Benicarló también lo sufrimos». En este sentido, en la localidad actualmente son 24 las mujeres que precisan de un dispositivo móvil para poder hacer seguimiento de sus pasos y poder establecer un mecanismo de protección que las defienda de sus posibles agresores, una medida que se suma al resto de acciones encaminadas a reforzar y mejorar la vida de unas mujeres que a menudo se ven inmersas en una tela de araña afectiva de la que es complicado escapar, ya que también se requiere la ayuda de un completo equipo que incluya psicólogos. Además, la psicóloga explica que «desde nuestro servicio enviamos cartas informativas a más de 40 mujeres con orden de alejamiento por año. Desde que hacemos actuaciones con esta problemática en el año 2007 se han mandado cartas a más de 400 mujeres. Son casos en los que las pautas de actuación siguen una línea, «dentro del marco de colaboración con la policía local, nos remiten las órdenes de alejamiento que les llega desde el juzgado de Vinaròs».

Así, a las mujeres con orden de alejamiento, desde el mismo centro social se les remite una carta informativa sobre los servicios que le podemos prestar, y que incluyen desde una asesoría jurídica, la información de recursos, la atención psicológica, la residencia alternativa o el servicio ATENPRO, «a partir de su demanda de ayuda se activan todos los mecanismos para ofrecer los servicios que tenemos», indicó Maire.

El problema surge, como indica la psicóloga al respecto, porque no se dispone de un servicio específico para la atención psicológica con terapias intensivas como precisarían las mujeres «supervivientes».

Servicio más cercano en Castelló

Desde el servicio de base de este equipo en Benicarló se ofrecen las primeras atenciones, y posteriormente son derivadas a servicios especializados, «el problema es que el servicio especializado más cercano está en Castelló, con la problemática que la distancia comporta». Aun así, como apunta Maite, actualmente la Policía Local está en proceso de asignar a algún o alguna agente a esta problemática y van a llevar a cabo la creación de un servicio más especializado.

Este mes, además, se firmará también un protocolo de coordinación en violencia de género entre los cuerpos de seguridad y la Subdelegación de Gobierno para realizar un seguimiento de las víctimas, en el que Servicios Sociales de Benicarló también estará presente.