Un esclat de llum sense foc ni fum. Los monumentos gaiateros dejaron ver ayer a miles de vecinos y visitantes, el gran trabajo realizado por las 19 comisiones festeras durante todo el año.

Tras el traslado del almacén de gaiatas al punto de salida del desfile a la calle San Roque, que tuvo que posponerse hasta ayer por la tarde debido a las inclemencias climatológicas del sábado por la noche, los entes gaiateros encendieron por primera vez sus monumentos ante la sociedad castellonense.

El desfile conmemoró el camino que realizaron en 1251 los primeros pobladores del llano, que bajaron del ermitorio de la Magdalena gracias al documento Magno otorgado por el Rey Jaume I. Esa noche de invierno, los primeros castellonenses utilizaron los gaiatos engalanados con faroles para facilitar la ardua tarea del descenso hasta la Plana.

Alrededor de las 20 horas, comenzó el Desfile de Gaiatas en la calle San Roque y recorrió algunas de las principales calles de la ciudad: Sanahuja, plaza María Agustina, calle Mayor, Gasset, Puerta del Sol, Ruiz Zorrilla y el pasacalle finalizó, como viene siendo costumbre, en la avenida Rey Don Jaime. Durante el desfile, los asistentes pudieron ser testigos directos de la luz transmitida por las miles de bombillas led, los juegos de luces y los motivos tradicionales y modernos que adornan las vidrieras de los monumentos, así como de los cientos de colores llamativos que inundan cada uno de los elementos de las gaiatas.

Como cada año, cada una de las gaiatas de los diferentes sectores deben de cumplir las siguientes premisas para poder optar a alguno de los premios que se repartirán el próximo martes. Estas son, principalmente, dos escudos de Castelló, dos escudos propios de la comisión y el gaiato que preside la obra artesanal.

Además, las gaiatas siempre aprovechan el uso de vidrieras para representar alguno de los motivos más emblemáticos de la ciudad de Castelló, como puede ser la imagen de la Mare de Déu de Lledó, el Fadrí o los diferentes ermitorios, entre otros. En el caso de los monumentos infantiles, algunos de los elementos representados hicieron referencia a dibujos animados.

Música y voltetas

Los integrantes de las diferentes comisiones acompañaron en el recorrido a sus monumentos al son de los compases del tradicional pasodoble Rotllo i Canya. Sin embargo, más que las notas de la canción castellonera, lo que se dejó escuchar a lo largo del trayecto, era la volteta. Ese grito de los asistentes hizo girar una y otra vez con la caña como único apoyo y volteando el pañuelito, a las niñas y mujeres de las comisiones.

Como es tradición desde hace años, el desfile comenzó en sentido inverso, es decir, por la Gaiata 19, «La Cultural» y finalizó con la Gaiata 1, «Brancal de la Ciutat».

Por último, La gaiata de la ciudad, el monumento que el año pasado se alzó con el primer premio del concurso cerró un desfile que dejó todo preparado para la Encesa de Gaiatas de esta tarde, a partir de las 20 horas en Rey Don Jaime.