Fueron dos tempraneros goles en el arranque de cada período el que dejaron muy tocado al segundo filial amarillo. Y es que los planteamientos se vinieron todos abajo a las primeras de cambio. Al segundo minuto de encuentro el espigado delantero azulgrana Marc Cosme remató a la red. Esta desventaja fue una rémora que arrastró el equipo de la Plana Baixa durante muchos minutos, un lastre al que no se pudo sobreponer. Por parte de los locales, el gol y poco más. El filial intentó reaccionar. Tocó el balón y nadó entre aguas turbulentas, pero no pudo levantarse de la lona. El Torre Levante no se lo puso nada fácil.

Reajustes amarillos

Con ese marcador (1-0) se llegó al descanso. El técnico del conjunto vila-realense aprovechó el descanso para intentar reajustar el equipo y darle otro aire al conjunto. Sólo valía una para el Villarreal C: ganar. Dejó en el banquillo al central argentino Maxi Rosales y al extremo Javi García, y dio entrada a Roberto Olabe y a Cerem Talha. Había que quemar las naves en busca de sumar algo positivo, pero el efecto no fue el esperado. A los nueve minutos de la reanudación llegó el 2-0. Lo firmó el centrocampista Juanra. Ese gol fue fatal de necesidad y el C bajó los brazos. A partir de ahí fue un querer y no poder para el Villarreal C, que chocó frontalmente contra un rival que no les concedió ni un centrímetro y que se llevó los tres puntos.