Crece el malestar de los cerca de 9.000 usuarios que diariamente utilizan el servicio de Cercanías entre Valencia y Castelló. Desde que comenzaran las obras para la instalación del tercer carril del corredor mediterráneo el pasado mes de agosto los problemas y retrasos no dejan de sucederse. De hecho, estaba previsto que los trabajos terminaran a final de año, la fecha anunciada fue el 15 de diciembre de 2015, y en cambio, a estas alturas no sólo no han concluido sino que desde el Ministerio de Fomento no se confirma cuándo volverá a restablecerse el servicio, ni siquiera si se volverá a la frecuencia anterior.

A pesar de los encuentros constantes entre representantes autonómicos y responsables de las obras, los avances en los últimos meses sobre este asunto han sido insignificantes, ya que no se han intensificado las frecuencias y además se han acentuado los retrasos en los trenes que todavía circulan, lo que ha llevado a que crezca más, si cabe, el enfado de los usuarios.

Diariamente siguen siendo miles los ciudadanos que sufren largas esperas para poder llegar a su lugar de trabajo, de estudios o volver a casa después de la jornada. Renfe, por el momento, únicamente se ha comprometido a aumentar la flota de autobuses lanzadera e incrementar la frecuencia de trenes durante las Fallas.

Esta decisión no ha sido bien recibida por los usuarios, ya que, según indica Héctor, estudiante de la UJI, el problema central no es poder disfrutar de un día de turismo en Valencia, sino fichar a tiempo en el trabajo un día cualquiera o llegar puntual a un examen. Y lamenta que sean los revisores y otros empleados de las estaciones los que tengan que aguantar los enfados de los pasajeros, aunque reconoce que la posición de Renfe no está siendo la correcta y exige una solución «real» e «inmediata». Igualmente, los usuarios se muestran escépticos con la solución de ampliar la flota de autobuses, ya que, sólo se intensifican en las horas puntas y únicamente benefician a los usuarios de las principales ciudades, Castelló, Sagunto y Valencia, ignorando otros municipios que hasta el pasado mes de agosto disfrutaban de un servicio de cercanías razonable.

Lucía, vecina de Vila-real, reconoce que todos los días utiliza este servicio para asistir a sus clases de máster en la UJI. La joven indica que en muchas ocasiones la espera del tren es mayor al trayecto que hace y lamenta que este curso se haya empeorado el servicio, ya que antes en lugar de a Castelló se trasladaba a Valencia a estudiar y el servicio funcionaba «perfectamente».

Los hay incluso que afirman que si la situación se prolonga se verán obligados a cambiar de lugar de residencia, ya que, el motivo de aceptar un trabajo en otra localidad distinta, o comenzar los estudios en otro municipio, estuvo motivada al hecho de que las buenas comunicaciones por tren.

PSPV y Compromís piden respeto a los usuarios

Tras la reunión del pasado lunes entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, y el presidente de Renfe, Pablo Vázquez, en la que no se llegó a un acuerdo concreto más allá de la creación de un grupo de trabajo, entre instituciones, que estudie un plan de mejora en la atención a los usuarios que sufren los retrasos, las reacciones en los diferentes municipios afectados por el servicio de cercanías no se han hecho esperar.

El diputado socialista por Castelló, Artemi Rallo, presentó ayer una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados para instar al Gobierno Central a que solicite a Renfe la constitución de un gabinete de coordinación para intentar reducir y solucionar «los constantes retrasos y problemas que se están produciendo en la línea de cercanías C-6 entre Valencia y Castelló como consecuencias de las obras de la implantación del tercer hilo». Además, el grupo socialista anunció ayer que había solicitado la puesta en marcha de un «plan de choque urgente» de atención al cliente en el que, entre otras medidas, se incide en la necesidad de que Renfe lleve a cabo «una rebaja del precio de todos los billetes y bonos de cercanías existentes en un 50% hasta la recuperación de los horarios originales antes del inicio de las obras en la línea C-6 como compensación por las reiteradas molestias ocasionadas a los usuarios».

En Vila-real, Compromís reiteró ayer su exigencia a Adif y Renfe de que acaben con el «caos» en el servicio de cercanías y solicitó que no conviertan en un castigo diario viajar en tren para los usuarios. El portavoz de la coalición en Vila-real, Xavier Ochando, aseguró que en el municipio estaban «hartos de que se ningunee a las personas con un servicio caro y nefasto y que además no se les escuche». Al tiempo que criticó a la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, que afirmó que las obras terminarían al final del año 2916, un año después de la fecha prevista.