La lluvia quiso estar ayer presente en la última jornada de Fallas en diferentes puntos de la provincia como La Vall d'Uixó, Benicarló o Almenara. Una lluvia que cayó con más intensidad por la intensidad y conllevó a un fin de fiestas un poco agridulce.

Por un lado, la lluvia se impuso a las ganas de vivir intensamente uno de los días más importantes de la programación festiva de las fallas en La Vall d'Uixó. A diferencia de ediciones anteriores, el calendario había obligado a concentrar los actos principales, misa, ofrenda y «Cremà» en el día de San José, pero las precipitaciones aguaron la fiesta, nunca mejor dicho.

A primera hora de la tarde, los presidentes de las siete fallas de la ciudad y los miembros de la Junta Local Fallera se reunieron para tomar una decisión sobre los actos que iban a desarrollarse a partir de las cuatro, hora en que empezó a llover con mayor intensidad. La decisión fue la de «aplazar la ofrenda y celebrarla mañana con la misma ruta», según confirmó ayer el presidente de La JLF, José Luis Egea.

En cuanto a la «Cremà, esta se realizó como estaba prevista, aunque con dificultades adicionales, lo que obligó a utilizar productos acelerantes que facilitaran la combustión de unos monumentos que, como confirmó Egea por la tarde «están todos afectados por la lluvia, sobre todo en la pintura», aunque no en la estructura, dado que todos aguantaron hasta la noche en pie.

Lo que no decayó, a pesar de las circunstancias, fue el ánimo fallero. Las circunstancias meteorológicas se convirtieron en un impedimento para disfrutar plenamente de la programación, pero no acabaron con la fiesta, de hecho, la mayoría de las comisiones mantuvieron las celebraciones previstas en sus carpas y durante toda la tarde se pudieron escuchar por la ciudad los típicos cohetes y petardos que confirmaban que los falleros estaban de fiesta, a pesar de todo.

Los actos que se desarrollaron sin problemas fueron los matinales, tanto la misa en la iglesia de la Mare de Déu dels Desamparats, en la Colonia Segarra, como la «mascletà» que se disparó en la plaza del Mercado. Desde allí, las falleras mayores, acompañadas por la junta local se trasladaron hasta la falla Pensat i Fet, donde estaba previsto que participaran en una comida, como ha venido sucediendo a lo largo de la semana, ya que se estableció un turno de visitas en las diferentes comisiones.

A pesar de las ganas, lo cierto es que cierta frustración ha acompañado estos días al mundo fallero local, que tras vivir semanas sin precipitaciones y con un tiempo más bien primaveral, han tenido que comprobar cómo el invierno se despedía con bajas temperaturas y precipitaciones justo cuando llega a su fin, coincidiendo con su semana grande, aunque precisamente por ello, los falleros de la Vall han demostrado que pueden más las ganas que las circunstancias y han mantenido el espíritu festivo hasta el último momento.

Misa y masclet antes de la Cremà

En Benicarló, aunque el día amaneció algo lluvioso y dejaba a primeras horas curiosas estampas de visitantes y turistas siguiendo la ruta por las diferentes fallas y casales cubiertos con sus paraguas, a partir de las 12 el tiempo mejoraba, dejando atisbar entre las nubes la luz del sol. El primer acto relevante del día de Sant Josep tuvo lugar en la parroquia de Sant Bartomeu con la misa en honor al santo a la que asistían las Falleras Mayores, Rosa Rillo y Nôa Pegueroles, la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, el edil de Fiestas, Ilde Añó y resto de autoridades de la corporación municipal, además de los representantes de la Junta Local Fallera. La homilía contó también con la participación de las Falleras Mayores.

Posteriormente, la jornada acogió otro de los actos sensibles de las fiestas que celebran la llegada de la primavera. La fiesta se trasladó al centro geriátrico de Sant Bartomeu , donde también tuvo lugar la «cremà» de la falla del centro, construida como en ocasiones anteriores gracias a la contribución del mundo fallero que integra así a los más mayores en la fiesta.

A mediodía, la última «mascletà» de Sant Josep de las Fallas 2016 se desarrolló en la plaza Constitución, cerrando la programación de los actos grandes actos pirotécnicos.

Con tiempo suficiente como para descansar durante unas horas, ya a las 20.00 horas, se dio inicio a la «Cremà» de la primera falla, la falla infantil de la Falla Els Cremats, que este año ganó el premio a la falla infantil. El circuito de fuego y monumentos quedó marcado siguiendo un orden establecido y las fallas ardieron de dos en dos, quedando prevista en último lugar la Falla la Barraca, al filo de las dos de la madrugada, ya que la falla que gana el primer premio arde en último lugar. A pesar de ser un día algo lluvioso, la localidad acogió durante todo el día a miles de visitantes que se desplazaron hasta el municipio para vivir la jornada, los autobuses aparcados en diferentes puntos de la localidad eran ya visibles desde primeras horas de la mañana. Benicarló cerraba así su jornada fallera más intensa.

En cuanto al último municipio que ha celebrado estos días las Fallas, es Almenara, localidad que cuenta con dos comisiones falleras. Por un lado, la Falla El Compromís celebró ayer su día grande, el día de San José. Por la mañana se celebró el pasacalle, así como la misa en la Iglesia de Almenara, tras la que llegó la ofrenda realizada en la calle Lope de Vega de la localidad, junto al casal de la Falla El Compromís. La previsión de los miembros de la falla era la de participar en la ofrenda floral de la Vall d'Uixó, pero al suspender, no pudieron. Por la noche estaba prevista la «cremà» de las dos fallas, la infantil y la grande cerrando el ciclo fallero de 2016 y abriendo el de 2017.

Por último, la Falla Plaça els Pescadors de Almenara celebró el día de San José con una serie de actos en la Playa Casablanca que es donde la comisión reside y planta su monumento. Así por la mañana se realizó el pasacalle y posterior ofrenda floral para dar paso a la misa en la Capilla del núcleo marítimo.

La celebración siguió con el vino de honor. La jornada, al igual que el resto de municipios falleros, finalizó de la mano de la «Cremà» de las dos fallas que planta la comisión de la Plaça dels Pescadors.