Un total de 540 corredores tomaron la línea de salida de la XVIII Pujada a Pipa de la Vall d'Uixó, aunque solo 470 llegaron a la meta, posiblemente como consecuencia de la dureza de un clásico de las carreras de montaña, aunque también por las condiciones del terreno que dificultaron de manera especial el descenso en algunos tramos. Superando todos estos inconvenientes, el primero en cruzar la meta de la Vall d'Uixó fue Abel Abad Font, de Trail Si Eso.

De hecho, como explicó Manuel Diago Valls, presidente del C.A. La Vall, la precaución por el estado del terreno se notó desde la misma línea de salida, ya que los participantes moderaron el ritmo, lo que tuvo su reflejo en el crono, dado que el primero en cruzar la meta lo hizo en 1 hora y 30 minutos. Tras él llegaron Miguel Ángel Duplas Mateos, de GR33 (1 h 36 min) que aunque fue el primero en alcanzar el alto de Pipa, en el descenso fue superado por Abad. El tercer clasificado fue Álex Juan Carratalá, de Mur i Castell-Tuga (1 h 36 min).

En cuanto a las féminas, la primera en completar el circuito fue Raquel Martínez Rodríguez, del club organizador de la competición, con un tiempo de 1 hora y 47 miembros. En su caso, su presencia entre los primeros en la cima sí que fue premonitorio, ya que mantuvo la cabeza de la carrera en su categoría hasta el final. Tras ella se clasificaron Diana Martorell Canós (1 h 54 min) y Marian Bertolo Domínguez, de Mur i Castell-Tuga (1 h 56 min).

Este año carrera partía con novedades. Si hasta ahora la salida se tomaba en la pista de atletismo, este año «hemos querido volver un poco al origen», de manera que tanto el inicio como el final estuvieron en el paraje de San José, junto a las Grutas. La intención del club, según explicó su presidente, era «promocionar con la carrera nuestro principal atractivo turístico». Existía cierto temor por la aceptación de los participantes, pero la conclusión ha sido positiva ya que «a la gente le ha gustado».

Aunque el reto de completar este prueba es importante para cualquier corredor, dado que existen desniveles considerables, este año el principal obstáculo se ha encontrado en los descensos, especialmente la del pico y la de la senda árabe «una senda empedrada como con adoquines que parecía una pista de patinaje», aseguró Diago. Pero a pesar de ello «no se han tenido que lamentar incidentes», posiblemente porque los mismos atletas no han arriesgado de manera innecesaria.

El C.A. La Vall celebra este año su 35º aniversario. Esta ha sido la primera de las dos pruebas que programan anualmente y ambas son un clásico, dado que en mayo tendrá lugar el Fons de Sant Isidre, un 10k por circuito urbano. Manuel Diago aseguró que en la carrera de ayer se contó con la participación de corredores venidos de distintos puntos de la Comunitat Valenciana, llegando incluso a inscribirse un vasco.