El doble campeón mundial español de Fórmula Uno Fernando Alonso (McLaren) salvó ayer milagrosamente la vida tras un espectacular accidente durante el Gran Premio de Australia, que se disputa en el circuito de Albert Park de Melbourne, el primero de la temporada. En la decimoséptima de las 58 vueltas a las que está prevista la primera carrera del año, el monoplaza de Alonso golpeó, al intentar rebasarlo antes de la tercera curva, con su neumático delantero derecho la rueda trasera izquierda del coche del mexicano. El monoplaza del doble campeón mundial asturiano salió despedido por el aire, dando dos vueltas de campana, en un aparatoso accidente, que, por fortuna, se saldó sin mayores consecuencias.

A pesar de que su McLaren quedó prácticamente destrozado, Alonso salió por su propio pie del monoplaza, al igual que Esteban —cuyo coche quedó menos dañado—, que, tras indicar por radio que se encontraba bien, rápidamente preguntó por el estado del campeón español, asustado quizá por lo espectacular del accidente. Alonso abandonó el monoplaza cojeando ligeramente. Posteriormente, el piloto fue trasladado a un hospital para someterse a un examen médico

Por fortuna, ambos pilotos salieron ilesos, pero el accidente motivó, la entrada del «safety car», primero; y, acto seguido, la bandera roja, que provocó la interrupción de la carrera, que se reanudará en breves instantes.

En el momento del parón, lideraba el Gran Premio de Australia el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), por delante de su compatriota Nico Rosberg (Mercedes) y de su compañero de equipo el finlandés Kimi Raikkonen.

Alonso y Esteban se retiraron, en un lance que confirma que, entre las numerosas críticas que se puedan dedicar a la F1 actual, no se encuentra la principal, la de la seguridad: el genial piloto asturiano volvió a nacer, este domingo, en Melbourne.

El accidente pone en alza la seguridad de los monoplazas de hoy en día que son capaces de evitar que los pilotos apenas sufran magulladuras después de un impacto tan brutal. Fernando Alonso salvó la vida en Albert Park pero otros pilotos no tuvieron la misma suerte que el piloto asturiano.

Rosberg se impone

El alemán Nico Rosberg (Mercedes) se convirtió en el primer líder del Mundial de Fórmula Uno, al ganar el espectacular Gran Premio de Australia, marcado por el aparatoso accidente de Alonso. Rosberg, subcampeón mundial las dos pasadas años, logró su decimoquinto triunfo en la categoría reina del automovilismo en el circuito de Albert Park de Melbourne, donde ganó por delante de su compañero y gran rival inglés Lewis Hamilton, triple campeón del mundo tras el curso pasado, que había salido desde la «pole».

Ambos firmaron un nuevo doblete para Mercedes, la gran dominadora de los últimos dos años, que puede resultar engañoso, si sólo se mira la clasificación de la primera de las 21 carreras del Mundial más largo de la historia, en la que el español Carlos Sainz (Toro Rosso) acabó noveno, por delante de su compañero holandés Max Vestappen. El alemán Sebastian Vettel, líder del cuatrienio glorioso de Red Bull entre 2010 y 2013, fue tercero en Melbourne y demostró que Ferrari puede competir por ganar.

Al menos así se dejó entrever en Albert Park, donde «Seb», tercero en la calificación del sábado —con nuevo y muy controvertido método—, rebasó antes de la primera curva a los dos Mercedes, sorprendidos también por el otro Ferrari del finés Kimi Raikkonen.

Hamilton, que había firmado su quincuagésima «pole», salió fatal y descendió al sexto puesto, superado asimismo por Verstappen y el brasileño Felipe Massa (Williams), que lo taponó durante las primeras cuatro vueltas.

La carrera quedó interrumpida, con bandera roja, durante aproximadamente un cuarto de hora, cuando Vettel lideraba por delante de Rosberg y Raikkonen, con Hamilton en séptima posición, justo por detrás de Sainz, que era sexto en esos momentos. Todos entraron en garajes y pocas vueltas tras reanudarse la carrera, a Kimi se le quemó el motor de su Ferrari, provocando la retirada del último campeón que festejó la Scuderia, en 2007. A pesar de la gran impresión, los de Maranello la pifiaron en una nueva entrada en boxes del «pequeño Kaiser», en el trigésimo quinto giro, que sirvió en bandeja el triunfo a Rosberg, que comandaba, por delante de Ricciardo y Hamilton, con Vettel cuarto, a 21 segundos.

Un error de frenada de Lewis permitió que Vettel enlazase, pero justo después, a falta de cuatro vueltas, Hamilton —que llevaba 36 vueltas con los neumáticos de compuesto medio— salvó la segunda plaza cuando el alemán —18 con los blandos— se pasó de frenada.