veces los partidos aparentemente fáciles de resolver satisfactoriamente se le han atragantado al Villarreal, a partir de planteamientos ultradefensivos que al final han conseguido satisfacer los intereses de escuadras aguerridas, incapaces de intentar la victoriacon solo romperel juego del rival y aprovechar algún contragolpe para cobrar un gol que después defenderá con uñas y dientes y están en su derecho. Ocurre cuando al final de alguno de esos partidos los periodistas decimos que el local ha merecido la victoria porque ha gozado de más oportunidades pero no ha acertado, mientras que el que ha jugado mejor se ha tenido que conformar con un resultado injusto, producto de la única oportunidad del rival.

La visita del Getafe fue considerada en principio, como una más de las que se han producido esta temporada, con equipos cuya intención no era sino la estrategia defensiva, renunciando, de entrada, a la disputa de los puntos en litigio. Nada de eso se produjo, sin embargo, con lo que los aficionados se encontraron con un partido disputado entre dos equipos distintos con iguales intenciones: ganar. En realidad fue la necesidad de conseguir tres puntos; los de casa para seguir manteniendo el cuarto puesto en la general, que da derecho una posibilidad de jugar la Champions la temporada que viene, pero los visitantes tenían que afrontar el partido con la intención y el entusiasmo suficientes para huir de una situación en la tabla que les mantiene en riesgo cierto del descenso a segunda división. Quiero decir que la emoción estaba garantizada, que los espectadores asistieron en un muy buen número al partido, para echar una mano a los suyos y acabaron haciendo la ola, sin que lo mereciera la calidad del juego pero necesaria para que los futbolistas de casa se sintieran arropados. Ganaron los de casa, porque sus futbolistas dispone de mayor talento y también porque uno de los delanteros del submarino, digo de Bakambu, el que más goles lleva conseguidos y que ayer, que salió solo a falta de un cuarto de hora, marcó el segundo tanto empujando la bol con el culo de delante, pero ya se sabe que los goles así conseguidos, también valen. Después de la victoria de ayer del Villarreal, el Sevilla queda a doce puntos de diferencia de los de amarillo, con lo que prácticamente los hispalenses quedan fuera de la chane por la Champions. Esa era la cuestión, a condición de que el Valencia consiguiera la victoria sobre los de Unai Emery, como así fue. La practicidad era la intencióny quien la busca la encuentra. Los locales venían dejugar el jueves el primer partido de eliminatoria contra el Sparta de Praga, que ganaron con muchísimo esfuerzo y escasa suerte, mientras el Getafe había dispuesto de una semana para preparar el encuentro. Desde el punto de vista físico, el Getafe disponía de mejores fuerzas; desde una perspectiva estrictamente técnica el Vila-real era mejor, todo y que los servicios técnicos decidieron dar descanso a algunos de los jugadores de la plantilla, lo que solo es posible realizar sin que apenas se note, porque en el vestuario del Vila-real, este año, cualquiera de los que salten al terreno de El Madrigal rinden a satisfacción.

Hay alguna otra interesante consideración. Una, tal vez la más importante, es constar que el portero Asenjo, repuesto de su tercera intervención quirúrgica de una de sus rodillas, juega, para, se estira, salta siempre que haga falta y lo hace sin el menor gesto de dolor y con seguridad personal absoluta. Otra y sin hablar de nombres propios, en la grada se especula sobre cuantos y quienes van a ser los profesionales del submarino que dado que están sus nombres en las agendas de los grandes equipos europeos, podrían dejar huecos en el equipo de FR a cambio de fortalecer la caja de la entidad amarilla. Un par de ellos tuvieron una actuación principal ayer por ser autores de los goles y algún otro, que no llegó marcar, remató con mucha intención hasta en seis ocasiones diferentes sin ser delantero.

El Vila-real se ha transformado en el primer clasificado en la Liga de «los demás», lo ha hecho brillantemente y ha hecho merecimientos para que se le reconozca una categoría particularmente solvente a base de humildad, trabajo bien hecho, una idea sin fisuras de lo que quiere conseguir, y toneladas de fe en sus propias posibilidades. Está a punto de alcanzar las semifinales de la Europa League y hasta dispone de alguna probabilidad de ganar su primer título importante.