El Mater Dei de Castellón acogió durante el pasado fin de semana a más de 400 jóvenes procedentes de distintas parroquias de la diócesis en el Jubileo de Jóvenes. Para el obispo ha sido «hermoso ver jóvenes de tantos pueblos que estáis en sitios distintos, pero que formamos la misma familia». Y ha pedido a los jóvenes «ser testigos de la misericordia de Dios allá donde estén, impulsores de una sociedad más honrada, más justa, más solidaria donde no haya corrupción».

Alberto, de la parroquia Jesús Obrero de Vall d'Uixó ha acudido al encuentro junto a más jóvenes de la parroquia «para pasar este día con los demás jóvenes de la diócesis». Asegura habérselo pasado muy bien en las distintas actividades programadas y considera «acertado» que se les diera algunas claves para vivir, hacer práctica realmente la misericordia y «que no se quede sólo en teorías».

Pili pertenece a la parroquia de Los Santos Evangelistas de Vila-real y para ella ha sido una experiencia bonita que sirve para «hacer parroquia y compartir la fe con otros jóvenes».

Un dinámica de bienvenida ha servido como recibimiento a los participantes, que acto seguido han pasado por la Puerta Santa con motivo del Año de la Misericordia. Después los jóvenes se han dividido en 3 grupos para participar por turnos en 3 talleres: uno sobre la casa de acogida de Onda, otro de Pastoral Penitenciaria ambientado en la vida de los internos en la prisión y otro taller de la misericordia con una dinámica sobre la reconciliación que llevaba a la confesión sacramental. Unos 15 sacerdotes han estado confesando durante cerca de dos horas.

Desde el obispado se ha valorado la participación como una garantía de que existe interés y tiene sentido reclamar que se soliciten las clases de religión en los centros educativos.