El gobierno progresista de Castelló redujo a la mínima expresión los gastos de bolsillo asignados a Alcaldía durante las pasadas fiestas de la Magdalena. Por este concepto se han facturado 142,8 euros, frente a los casi 2.000 que se llegaron a gastar durante la etapa del PP, aunque en los últimos años los populares redujeron de forma considerable este recibo.

Antes del inicio de la Magdalena, desde Alcaldía se pide un anticipo de caja, dinero en metálico, para afrontar dispendios varios que se producen a lo largo de la semana festera. Con este anticipo se sufragan gastos corrientes que puedan surgir, tales como comidas con invitados o consumiciones puntuales. No están incluidos otros gastos, como las reservas de hoteles, que se facturan directamente al ayuntamiento.

Alcaldía pide este anticipo y, una vez concluidas las fiestas y presentadas las correspondientes facturas, se devuelve el dinero que no se ha gastado. La cuantía de este capítulo se ha reducido en los últimos años y el nuevo equipo de gobierno ha sido el más austero.

En los años 2009, 2010, 2011 y 2012, con el PP a los mandos del ayuntamiento, desde Alcaldía pidieron 3.200 euros para cada Magdalena, de los que se gastaron 1.546,89, 1.896,89, 1.849,51 y 742,80, respectivamente. A partir de 2013, la cantidad solicitada se redujo a 2.500 euros, de los que se gastaron 979,53, 231,90 y 293,90 en los años 2013, 2014 y 2015, respectivamente. En la pasada edición de la Magdalena, la primera del gobierno PSPV-Compromís, el gasto de alcaldía ha sido de 142,8 euros, la mitad que en 2015.

Esta disminución en los gastos diarios del gobierno municipal forman parte de un paquete de medidas para reducir la factura de la Magdalena. Otras acciones fueron las de eliminar todos los coches oficiales y la escolta de agentes de la Policía Local al equipo de gobierno para asistir a los diferentes actos. Además, el palco de autoridades del primer fin de semana de fiestas costó 6.000 euros menos al ayuntamiento al ser más pequeño y no estar cubierto. El segundo fin de semana no hubo palco, sino que las brigadas municipales emplazaron unas sencillas gradas en la calle Gobernador.

En esta línea de austeridad, el equipo de gobierno también renunció a las entradas y palcos de los toros como hizo cuando estaba en la oposición. Así mismo, se eliminó la comida de autoridades del sábado del Pregó, lo que ha supuesto un ahorro aproximado de 3.500 ? para las arcas públicas y el dinero que se gastaba en rollos para las reinas se destinará al comedor de Padre Ricardo. En esta línea, todo lo que se entregó a la alcaldesa en el Pregó se ha derivado al comedor del Padre Ricardo (comida) y a la biblioteca (publicaciones).