ugar dos competiciones de primer nivel a la vez y querer mantener los objetivos marcados para cada una de ellas es lo que tiene, que cuando menos lo esperas hay que afrontar un partido trampa, como el de ayer por la tarde en Madrid y frente al Rayo, que te gana con dos goles, después de buscar una victoria que le alejara de una zona que seguramente no merece, a juzgar por los méritos que hizo ayer para gana al cuarto clasificado de la liga. Primero marcó el Rayo y después empató el Villarreal, para que volvieran a marcar los locales cuando faltaba un cuarto de hora para que finalizara el encuentro, sin que el Vila-real hiciera méritos para más. Le marcó dos goles el Rayo, lo que no es frecuente para el submarino amarillo, pero en el caso de ayer quien marcara un par de goles tenía que salir vencedor de una contienda afrontada por el equipo local con más fe y más deseos, ante un rival todo lo disminuido que era presumible, dado el otro compromiso, digo de tener que afrontar enseguida la eliminatoria contra el Liverpool.

Al Villarreal le podía tocarcualquiera de los otros tres que había en el bombo, incluido el Sevilla, al que los aficionados que sustentan al Villarreal no quieren ver ni en pintura. Son los hispalenses un equipo de gente aguerrida, por decirlo en fino, que al submarino le acierta rápido y certero en su línea de flotación cada vez cada vez que se encuentran, y cuando la confrontación es a doble partido, uno en casa y otro fuera, peor me lo pones. De modo que si en cualquier caso le tuviera que tocar, mejor en la final. En ese caso hubo suerte, si en caso de tener que disputar dos encuentros ante los reds puede considerar un golpe de suerte.

Porque estos días entre los aficionados del Villarreal lo que priva es si los de amarillo serán capaces de plantar cara a los ingleses, que de hacer caso a su clasificación en la Premier no estarán para celebraciones, desde la llega al club del entrenador Klopp cosas han cambiado a mejor en juego y resultados, de manera que los malos tiempos han sido superados gracias a la experiencia y la implicación del nuevo entrenador, que ha sido mano de santo para la trayectoria del Liverpool. En ese sentido, tanto los servicios técnicos como la mayoría de aficionados entienden que jugar en casa el primer partido sería mejor que al revés, porque de lo que se trata es de abrir una brecha en la eliminatoria y en el segundo partido aguantar. El partido de ayer ante el Rayo Vallecano tal vez no recibió toda la artillería necesaria para no salir trasquilados del todo, lo que quiere decir que habrá que afrontar lo que falte, digo de la liga, con la faca en la boca en busca del rival, dicho sea todo en sentido metafórico. Hay que poner un pie perfectamente hincado en el suelo de la liga española y el otro en las semifinales de la Liga Europa. En lo primero porque concede el premio de jugar la Champions el año que viene, en el segundo porque este equipo necesita de un título y si se llega a Basilea a jugar la final, se estará al cincuenta por ciento de posibilidades, aunque se tenga enfrente a los sevillistas de Emery, miren por donde, vasco.

Porque el fútbol profesional es eso: competir, competir y competir, de modo que en según qué situaciones es mejor entrar a fondo en el enorme filete de buey que entretenerse en la guarnición, tan colorista como una paleta del mejor artista del pincel, pero desprovista del sabor fuerte, profundo, anhelado y satisfecho de la mejor carne en su punto. Están los chicos del Vila-real en un momento en que no valen ya apaños del tres al cuarto. Los partidos que faltan hay que jugarlos con la cabeza llena de ideas (las tienen) y con el empeño de ganar sí o también. Si dicen que es más fácil llegar que mantenerse, sean capaces de llegar y luego ya se hablará de mantener el tipo.

Una mirada a la clasificación demuestra que se ha perdido un trecho de la ventaja de que se disponía respecto de los perseguidores, pero uno sigue pensando que cualquiera de los perseguidores se daría con un canto en los dientes por disponer de la ventaja que el submarino tiene y habrá que defenderla, frente al Real Madrid cualquier día de estos.

El Villarreal ha consumido (gastado) tres puntos de entre los que constituían su ventaja. Si la liga española terminara hoy, con seguiría la cuarta plaza y estaría en posición de Chjmpions, y eso es lo que hay que mantener. El equipo lo merece y los aficionados también.