Francisco Sacacia relevó el viernes en la secretaría territorial de UGT de Castelló a Tino Calero, que tras 13 años en el cargo ha dado el salto a la dirección autonómica . Procede de la Federación de Industria y de Trabajadores Agrarios (Fitag). Se marca el reto de potenciar la presencia del sindicato en los centros de trabajo.
Las encuestas del CIS reflejan una pérdida de confianza de la ciudadanía en los sindicatos, ¿cómo piensa recuperarla?
En el ámbito que me concierne (Castelló) creo que no se ha perdido credibilidad; la gente que ha tratado con nosotros está satisfecha, tanto afiliados como trabajadores confían en el sindicato. Por la crisis es normal que haya gente que no está de acuerdo con los sindicatos, pero los trabajadores inmersos en los expedientes de regulación de empleo que hemos gestionado han valorado nuestra actuación.
¿Pero no cree que a los sindicatos les ha faltado pisar más la calle?
Uno de los temas que decidimos en el congreso autonómico fue que hay que ser más cercanos y que hay que potenciar la presencia en los centros de trabajo. Yo vengo de una federación que ha sido bastante próxima a la gente.
¿Piensa que Castelló se encuentra en la fase de recuperación económica?
El empleo que se crea es de pésima calidad y cada vez hay más trabajadores pobres que no llegan a final de mes. Así la economía no mejora. Cuando dicen que es mejor cobrar un salario mínimo que nada está jugando con la dignidad de la gente. Por ello, una de nuestras exigencias al Gobierno será la derogación de la reforma laboral, para recuperar lo que se ha perdido en los últimos años.
¿Un gobierno de cambio tendrá margen de maniobra en la actual Unión Europea?
Parece que aquí no se puede decidir nada, pero si hay un Gobierno de cambio será mas sensible con la derogación de la reforma laboral, que ha sido nefasta y que ha empeorado las condiciones de trabajo. En Castelló, las empresas las han mantenido por regla general, pero hay otras que se han aprovechado de la crisis. Si una empresa tiene dificultades nosotros asumiremos medidas, pero diremos no cuando no sea necesarios.
¿Cómo se puede reducir el paro?
Apostando por la investigación y la innovación como ha hecho, por ejemplo, la industria cerámica. Si no vamos por ahí dependeremos sólo del turismo y la agricultura; no digo que abandonemos los sectores tradicionales, pero para crear empleo hay que abogar por la investigación.
Los sindicatos proponen planes de choque de empleo, ¿en qué consistirían?
Combinarían inversiones públicas y privadas en aquellos sectores que tienen más capacidad de generar empleo de calidad. Ahora, la inversión pública está bajo mínimos y la privada no puede asumirlo todo.
¿Qué le parece el contrato único que defiende Ciudadanos?
Hay diferentes situaciones laborales que no tendrían cabida en el contrato único. ¿Qué pasaría con los contratos fijos discontinuos que existen en Castelló en los almacenes de cítricos o en los pozos de riego? Ahora bien, pienso que el contrato temporal debería encarecerse para que las empresas potencien los indefinidos. Más que aplicar bonificaciones habría que penalizar. Esta penalización no sería al principio del contrato, sino en el momento en el que la empresa ha de dicidir si el trabajador pasa a indefinido. Ahora prescinden de un empleado temporal y ficha a otro para no hacerlo indefinido y esto se debería penalizar.
¿Cuánto han bajado los salarios en la crisis?
En la federación que dirigía, (Fitag), hay sectores que se han mantenido como el energético y el químico, pero en el textil se han resentido al paralizarse las negociaciones del convenio colectivo. Donde más se han reducido los salarios ha sido en las empresas sin representatividad sindical.
Uno de los colectivos de parados más afectados es el de más de 45 años, ¿cómo se puede reinsertar?
Las empresas se desprendieron de la gente más mayor porque era la más cara. Ahora un grave problema. No puede ser que las personas que sostuvieron el sistema acaben con una pensión música. Hay que promover planes de formación para que puedan reciclarse.
¿Los sindicatos tienen responsabilidad en el hecho de que muchos jóvenes dejaran los estudios para trabajar en la época del «boom» inmobiliario?
No, siempre hemos defendido la importancia de la formación. En la época de crecimiento ya dijimos que era esencial, pero no podíamos obligar a los jóvenes que siguieran estudiando.
