La reunión de la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Castelló de ayer se prolongó casi tres horas. José Roca presentó el presupuesto de 2016 y el plan de viabilidad y no escuchó ninguna voz entre la treintena de personas presentes que exigiera su marcha.

Este silencio lo ratificó en la presidencia, pero la crisis interna se cerró en falso y sigue sin resolverse. Las dificultades económicas de la CEC dividen a la organización. La renuncia de uno de los cuatro vicepresidencias de Ascer la semana pasada puso de manifiesto la existencia de disensiones en la junta directiva. El representante de la patronal azulejera -uno de los sectores económicos más importantes de la provincia- criticó la falta de transparencia y en una carta admitió su desacuerdo con las formas de dirigir de la actual presidencia. Ascer descarta regresar a la vicepresidencia aunque conserva la vocalía. Otros vicepresidentes como el de Cepymec y transporte han reclamado un relevo, mientras el de la construcción ha puesto en duda la viabilidad del balance económico.

Los tres presionaron a Roca para impulsar un cambio de rumbo y entre dos a tres altos cargos de su directiva amenazaron con presentar hoy su dimisión. Ante la persistencia de Roca de continuar, han decidido aparcar provisionalmente sus diferencias con Roca. Ponen en cuestión la actual gestión, pero aplazan a una próxima reunión anunciada ayer por Roca para decidir qué acciones emprenden. Quieren más transparencia, y si no se fortalece este aspecto insistirán con la renovación. Roca abandonará la presidencia el próximo año si cumple con los plazos que prometió cuando fue revalidado en la última asamblea electoral de junio de 2015. Afirmó que permanecería un año y medio.