Las fiestas patronales en honor a Santa Quitèria bajarán hoy el telón con el desfile de moda y el posterior espectáculo pirotécnico después de diez días de intensa actividad en los que la alta participación en la mayoría de actos ha sido la nota dominante. A la espera de que el próximo domingo, día 5 de junio, la imagen de la patrona sea devuelta a su ermitorio, los vecinos y vecinas de Almassora apuran sus festejos después de un fin de semana bien intenso tanto en La Vila, con las exhibiciones taurinas, como en el resto del municipio donde este año se han celebrado numerosos actos, conciertos, obras de teatro o fiestas temáticas.

Participación

La gran afluencia de público volvió a ser la tónica dominante en la jornada de ayer. Si durante la mañana la actividad suele limitarse a la entrada de vaquillas en La Vila, en esta ocasión ya a las once de la mañana estaba programado el primero de los conciertos del día con la actuación de Cositas Buenas en la plaza de la Iglesia. Poco después eran las vacas quienes tomaban el protagonismo en la que, probablemente, ha sido la entrada más numerosa en cuanto a público de toda la semana. Y uno de los pocos sustos vividos durante las ocho jornadas se produjo durante la suelta de una de las vacas que conformaban el grupo en la entrada, que golpeó a un mozo.

Ya por la tarde, mientras a primera hora la reina de la fiestas, Marta Gargallo, y su corte de honor se preparaban para el último de los pasacalles de las fiestas, en el centro social de la Tercera Edad de nuevo la música marcaba el ritmo con la actuación de The Monday Blues y Los D2, que hicieron las delicias del público con su repertorio de los años 60 y 70.

En el Raval, los aficionados taurinos y las peñas patrocinadoras de los toros accedían a La Vila con toda la alegría necesaria para encarar la última jornada puramente festiva. Hasta 16 peñas y collas protagonizaron un pasacalle colorido que ni las amenazadoras nubes negras pudieron apagar.

Una de las anécdotas de la tarde la protagonizó la alcaldesa de Almassora, Susanna Nicolau, que visitó la misma arena de la Plaça Major. Solicitó el permiso pertinente a la concejala de Fiestas y fue la encargada de abrir la puerta del corral al «bou del poble».

Curioso fue el comportamiento de Capador, quien impresionó por su presencia y sus primeras embestidas contra los cadafales pero que después no quiso abandonar la arena de la plaza y permaneció en ella hasta que fue retirado a los corrales. El segundo de la tarde, Maleante, tuvo una bonita salida en la Plaça Major, para algunos aficionados, posicionándose como uno de los candidatos al premio a la mejor salida. Y el tercero de los toros, patrocinado por las peñas situadas en la plaza de la Picadora, aunque no acudió a las citas nada más abandonó el cajón, sorprendió dando hasta dos vueltas completas a La Vila.