El área de fiestas ha vivido un año ajetreado. Ha coincidido el estreno de equipo de gobierno, una Junta y un Patronat. El ejecutivo local ha activado el modelo regulador del Patronato, que se aprobó en 2012 pero que el anterior equipo de gobierno aplazo.

Con este modelo el ayuntamiento arrebata la gestión económica a la Junta, que mantiene la organización de las fiestas. Esta última propone propuestas y el Patronato valida los gastos. Es un modelo más transparente, que se aplica por la Ley de Grandes Ciudades, que impide la antigua fundación, ya que con éste la Junta actuaba autónomamente cuando el 80 % de sus fondos procedían de las arcas municipales. Pero la falta de tiempo ha generado disfunciones que se han de pulir. La nueva gerente del Patronat aterrizó una semana antes de Magdalena, y la actual regidora de Festes sustituyó a la anterior cuando faltaban 45 días. Por su parte, la nueva Junta tomó posesión el 17 de octubre y contó con sólo cuatro meses para organizar Magdalena.

En este corto plazo, el ayuntamiento se vio en la imposibilidad de promover concursos públicos en las adjudicaciones de actividades festeras. Quería acabar con las contrataciones a dedo que se dieron con la vieja fundación,, pero no había tiempo para una tramitación pública.

Así, instó a la Junta a presentar propuestas de diversos candidatos. Para 2017, el consistorio pondrá en marcha los concursos público, máxime con el desajuste registrado este año en el gasto de fiestas.