Como sucede cada verano, se han retomado las excavaciones arqueológicas en el yacimiento íbero de El Puig de la Misericordia de Vinaròs, aunque este año por primer vez se centran en los niveles del siglo VI a.C. En las campañas anteriores, los arqueólogos habían destapado la fase posterior de ocupación, la del siglo II a.C. y su sistema defensivo. Esta es la cuarta campaña consecutiva de excavaciones, a cargo del Servicio de Arqueología de la Diputación, que se realiza en este yacimiento, después que se recuperaron en julio de 2013 tras los trabajos iniciales realizados en la década de los 80.
El arqueólogo del Servicio de Arqueología de la Diputación, Ferran Falomir, explicó ayer que en esta campaña se está actuando directamente sobre el hábitat del poblado. «Estamos excavando los niveles que están relacionados con la fortaleza del poblado, llegando a un sector donde estaban las casas del yacimiento en el siglo VI a.C.», comentó. Se ha podido llegar a esta parte del yacimiento después de que hace dos años se retirara la gran cruz del calvario, la cual se instaló en un nuevo emplazamiento.
Falomir destacó que «los restos constructivos y toda la trama urbana que vemos, nos dan mucha información del sistema de construcción y de la arquitectura del lugar». Además, añadió que «estamos apreciando que tenían dos pisos ya que se pueden ver los forjados caídos y los ámbitos de las casas que ocupaban eran en el siglo VI a. C. mayores que los de la fase más tardía del siglo II a. C.». En estos trabajos también se ha hallado «mucho material metálico y cerámico de la época y que nos dan mucha información del momento cronológico que estamos excavando en este momento, que es el siglo VI a. C.», afirmó el arqueólogo.
Varios periodos de ocupación
El yacimiento de El Puig de la Misericordia cuenta con varios periodos de ocupación. De ahí que Falomir explicara que «en su fase más tardía se relaciona con un hábitat familiar que tiene que ver con la explotación agraria de su entorno, en un momento en que han pasado las guerras más importantes y construyen su unidad de producción, con una distribución del espacio muy típica en esa época».
El arqueólogo también comentó que, bajo esa capa, «se encuentra toda la trama urbana del siglo VI a. C., más compleja de interpretar. Ahora faltaría saber si se trata de un poder local familiar aquí establecido o si se trata de algo mayor o más complejo, pero es una tesis que aún se está debatiendo y trabajando. Cuando juntemos toda la información de las excavaciones y de los yacimientos del entorno tendremos más datos para llegar a una conclusión. De momento todo apunta a que pueda tratarse de una persona o patriarca que adquirió mucho poder y realizó una fortaleza y compró, vendió y distribuyó sus bienes». Los trabajos se prolongarán hasta el próximo sábado 23 y los efectúan estudiantes de Arqueología, que son los encargados de realizar las labores de excavación y estudio de los restos que se sacan a la luz.
