Vila-real se queda sin su Festival Internacional de Danzas. Esto ya lo anunció el pasado viernes el alcalde de la ciudad, José Benlloch, al incluir esta medida en el Plan de Ajuste con el que se pretenden ahorrar 500.000 euros en la recta final del año, aunque la realidad es que la muerte de este evento ya se anunció cuando el Grup de Dances El Raval notificó por escrito al consistorio, tras finalizar la edición de 2015, que no podía seguir haciéndose cargo de la organización. «Le dimos un par de vueltas, no fue una decisión inmediata», pero finalmente la postura de poner punto y final a este proyecto cultural fue inevitable, según explicó el edil del área, Eduardo Pérez.

Álex Torres, presidente del Raval, explicó ayer que el grupo tuvo que desistir de seguir asumiendo la organización del Festival Internacional de Danzas porque «no podíamos hacernos cargo». Un acontecimiento de esta envergadura requiere de la implicación de muchas personas y «la gente de la asociación se ha ido haciendo mayor, se requiere de la participación de gente joven, con más tiempo libre y más disponibilidad». Tras reconocer y aceptar sus limitaciones, dieron el paso de proponer al ayuntamiento que se hiciera cargo de la organización, «no fue algo fácil, pero ya no podíamos continuar».

En principio el consistorio asumió el reto, se mantuvieron distintos contactos, pero la burocracia se convirtió en el principal escollo para que el proyecto fuera viable. Según aseguró ayer Eduardo Pérez, mientras el organizador era el Club de Dances el Raval, se podía acudir sin problemas a las exigencias contractuales que establece la agrupación francesa que realmente hace posible su carácter internacional, Festival du Sud. Según Pérez, entre otras condiciones se establecía el pago anticipado de algunas cuestiones, así como poner a disposición de la organización dinero en metálico «de difícil justificación», como el que se facilitaba a los bailarines para gastos personales durante su estancia en Vila-real.

Ninguna de las dos cosas puede ser asumida por una administración pública, que solo puede pagar a partir de una factura. Esta fue la razón de peso para que se decidiera no poner en marcha el 29º Festival Internacional de Dances de Vila-real al poco de que el Raval renunciara.

Motivos económicos

En cuanto a los motivos económicos, Eduardo Pérez no dudó en señalar que «si la asociación hubiera seguido al frente se habría organizado, habríamos hecho ese esfuerzo». Ya lo recordó la semana pasada el alcalde, al señalar que el festival, en su origen, nació con una filosofía de «intercambio cultural y social», dado que los bailarines que participaban eran acogidos en las viviendas de vecinos de Vila-real y posteriormente en el IES Francesc Tárrega.

Desde hace algún tiempo esta costumbre se perdió y la conselleria no autorizaba pernoctar en el centro educativo, por lo que empezó a ser necesario reservar habitaciones de hotel, lo que encareció ostensiblemente el evento. Eduardo Pérez recordó que en 2015 el presupuesto alcanzó los 45.000 euros. Es por lo que José Benlloch incluyó la medida en el Plan de Ajuste, porque el consistorio este año se ahorrará esos 45.000 o 50.000 euros.

Pero además, el alcalde de Vila-real hizo un anuncio importante al asegurar que el consistorio no asumirá la organización de actos o eventos de empresas o asociaciones, afirmando que «cuando no pueden hacerse cargo, el ayuntamiento tampoco lo hará», a no ser que medie un acuerdo unánime de todas las fuerzas municipales por cuestiones muy concretas. José Benlloch también señaló que «si el acto muere porque no pueden hacerse cargo, no lo asumiremos».