Tras un año de incertidumbre, de mensajes poniendo en duda la celebración del festival Arenal Sound, la inauguración de la séptima edición asegurada y a la vuelta de la esquina, cierto es que a la largo del año no se ha dejado de trabajar para la puesta a punto, sin tener los permisos aprobados se vendieron las entradas, se fueron adecuando algunas zonas de terrenos ocupados, un año difícil para la empresa, gobernantes y funcionarios de Borriana. Al final el sentido común se impuso entre en las administraciones los políticos locales cedieron la responsabilidad de dar legalidad a este festival a la Generalidad Valenciana.Hace tres años el Ayuntamiento de Borriana, ante las dudas legales que ofrecían este tipo de festivales, ya se dirigió a la Generalidad exponiendo los problemas que el festival podría dar dentro del marco legal. El pasado año se dio a conocer la sentencia a la denuncia impuesta por un grupo de vecinos, a los cuales se les daba la razón y prohibían el montaje de los escenarios en la zona de la playa del Arenal. La empresa del festival busco otro espacio, nuevas ubicaciones pero se encontraba con la oposición del ayuntamiento, políticos y funcionarios no hacían más que acogerse a la legalidad a lo que les permite legalmente gestionar a favor o en contra de la ubicación del escenario, principal motivo de la denuncia dado que esta fue por el sonido.

A los políticos locales se les ha puesto bajo sospecha de estar en contra del festival, de falta de gestión y de la inutilidad del cargo que ocupan, más grave ha sido lo que se ha dicho de los funcionarios por cumplir con la legalidad vigente. Al final la solución la ha dado la generalidad con una nueva normativa expresamente para este tipo de festivales, que en realidad es lo que pedía el Ayuntamiento desde hace tres años, pero como el festival se celebraba igualmente no se daban respuestas hasta que una denuncia puso el festival patas arriba.

La empresa organizadora del festival, asegura que esta es la última edición que se celebra en Borriana, manifestando que no se sienten cómodos, que ha sido un año de mucho sufrimiento pero que van a quedarse en la Comunidad valenciana. Sufrimiento compartido sin duda alguna pero la legalidad se debe cumplir y es esta seguramente la que en ocasiones incomoda, tanto al que la tiene que cumplir como al que las tiene que aplicar.