El turismo es proyectado como una punta de lanza de la recuperación económica en Castelló, pero todavía ha de superar una serie de amenazas que lastran su despegue. El plan de marketing turístico de la Diputación de Castelló de 2016 señala a la regresión costera y al intrusismo en el alquiler de apartamentos turísticos como dos de las principales fragilidades del sector castellonense.

El informe indica que el retroceso de la costa es un «problema importante» al afectar a un recurso básico del turismo e implicar «un elevado coste de mantenimiento de las playas».

Otras amenazas que menciona el trabajo son las diferencias existentes entre la costa y el interior en cuanto a infraestructuras y nuevas tecnologías, la paralización de proyectos e inversiones turísticas por la crisis y la fuerte competencia de destinos similares en el litoral mediterráneo.

En debilidades indica el déficit existente en alojamientos en las localidades del sur de la provincia, la reducida cifra de hoteles de lujo, la falta del desarrollo de campos de golf y la elevada estacionalidad del turismo, que se fundamenta en la temporada estival.

Respecto a las fortalezas de Castelló, el plan de marketing subraya la ubicación de la provincia, la renovación de la planta hotelera, el buen posicionamiento de sus nodos turísticos consolidados -ejes Peñíscola-Alcossebre-Orpesa y Benicàssim-Castelló, y sus amplios recursos naturales, patrimoniales y gastronómicos, que permiten, agrega, una oferta complementaria al sol y playa en artesanía, fiestas, rutas culturales. Con estos mimbres, el análisis de la institución provincia resalta que el turismo Castelló presenta una serie de oportunidades para pegar una salto de gigantes, siendo la principal, destaca, la entrada en servicio del aeropuerto, que «posibilita la apertura a nuevos mercados internacionales e incrementa la aparición de nuevos turoperadores extranjeros interesados en operar en la provincia», remarca. Un punto favor de Castelló, sostiene el documento, estriba en que se trata de un destino en ciernes no masificado, «lo que para muchos mercados europeos», esgrime, «es un valor que los intermediarios consideran positivamente y que se suma al buen posicionamiento de la marca España como destino turístico»,.

También cita la cercanía de las riquezas naturales del interior con la costa y el potencial de desarrollo de segmentos turísticos como el deportivo, cultural, salud, idiomático o gastronómico.

El plan de marketing aboga pro reforzar los citados subsectores para atraer a nuevos turistas. Considera necesario mejorar la rentabilidad de las empresas del sector, reforzar la marca turística y favorecer su desestacionalización.

Al mismo tiempo, confía en el aeropuerto para relanzar la llegada de visitantes extranjeros. Cabe tener en cuenta que el 80,08% de los viajeros de Castelló procede de otras provincias de España. La Comunitat Valenciana ocupa la primera posición con el 35,22% de cuota, seguida de la comunidad de Madrid con el 19,55% y Cataluña con el 15,93%.