l fútbol es, para la mayoría, un entretenimiento, de modo que no conviene a la salud hacerse pajas mentales respecto de quién o quiénes son los responsables de la derrota del Vila-real miércoles en El Madrigal, menudo caloret nos tocó sufrir. Para empezar pudo ser Antonio Cordón que según nos han contado lo dejó todo apañado antes de irse precisamente al Mónaco: todo apañado menos un agujero en el centro de la defensa amarilla, que concedió un penalti al minuto de iniciarse el partido, con lo que cumplido el minuto y medio los locales ya perdían por un gol a cero.También es posible que la culpa sea de Marcelino García, el entrenador que supuestamente se arrancó por peteneras y le echó y perdió un órdago al presidente. Los entrenadores están en el vestuario para templar gaitas pero no para desafinarlas y si el órdago se plantea a una semana de jugar el partido previo a estar en la Champions, peor me lo pones. Acaso tengan razón los que creen culpable a Musacchio, que tenía muy asumida su salida al Milan y cuando se frustró, elevó a la enésima potencia su cabreo puesto que otra vez su futuro en la élite tenía que esperar una temporada más, y se las tuvo tiesas con el entrenador que le sirvió en bandeja la pataleta, cuando le hizo desprenderse del brazalete de capitán. También el nuevo entrenador, Escribá, que, nuevo en plaza, decidió utilizar en el centro de la defensa a un jugador que no es central, sino polivalente y líbreme Dios de los polivalentes que, en realidad, no sirven para ninguna valencia. Nos obsequió el hombre con un mosca a la primera cullerada y cuando el partido iba empatado, volvió a meter la gamba para que el Mónaco marcara tras que si estuviera jugando contra los juveniles vestidos de amarillo. Ellos verán, pero o firman un central con talento, fuerza, rapidez y experiencia o lo que era uno de los mejores sistemas defensivos de España puede ser relevado por el peor. Para haber dicho que no convenía a la salud hacerse pajas mentales, yo mismo me he hecho unas cuantas, paradojas.

La cosa está chunga porque hay que ir a jugar al Principado y en esos sitios, ya se sabe, se la cogen con papel de fumar, por aquello de estar presentes un día sí y otro también en el papel couche. El partido será presidido por el Príncipe y su bellísima esposa, en cuyo palco de autoridades estará, presuntamente y poniendo cara de circunstancias Antonio Cordón, que, como es natural, declinará cualquier responsabilidad en la derrota del Vila-real, no así para con la victoria de los que ahora mismo le pagan mucho, muchísimo. Tenga usted la generosidad de pagar bien el aprendizaje de una profesión, formando día a día y durante años hasta completar un currículo envidiable hasta elevarlo a la condición profesional solvente, para que a la menor oportunidad le deje colgado, cuando se está uno metido en la vorágine de la confección de la plantilla. De desagradecidos está el mundo así?

Y sin embargo creo que el Vila-real ha conseguido formar un grupo excelente, a salvo la repetida necesidad de un central con solvencia. De entre los nuevos apuntan muy buenas maneras la mayoría, alguno bastante más que apuntar, digo de Pato, un delantero que tiene gol y más cosas, al que se esperaba con grande ilusión por la parroquia -el campo estaba hasta las banderas, pero con la racanería de siempre a la hora de apoyar a su equipo, tal vez porque el penal en el primer minuto les encogió el ombligo y esas cosas no ayudan-.

Es igualmente cierto que disponiendo de una gran plantilla, menos el central que falta, el equipo está por llegar, dados los huecos dejados por los que salieron ocupados ahora por profesionales llegados cada uno de procedencia distinta que han de acoplarse a sus compañeros de ahora. Eso exige tiempo, entrenamientos, ajustes y deseos de competir, cuanto más altos mejor. Pero del mismo modo que hubo errores en el partido frente al Mónaco, se vieron detalles que permiten esperar grandes partidos a condición de que el entrenador Escribá tenga fe en ellos y consiga hacerles alumbrar los talentos que cada uno sea capaz de aportar.

Como todas las cosas tienen dos caras, la derrota y la victoria también. La cruz sería en este caso la pérdida del encuentro ante el Mónaco y la cara haber tenido la oportunidad de constatar las buenas prestaciones de la mayoría de los nuevos. Falta encontrar el central que necesitamos, como falta recuperar a un futbolista que ha de aportar mucho, pero que sigue convaleciente de de una lesión que sigue consumiendo tiempos. Hablo de Cheryshev, que con la puesta en servicio de Bakambu más Pato y algún otro han de aportar una capacidad goleadora que el año pasado carecíamos.

Con el resultado del miércoles las cosas se han puesto del color de la verdor, faltan noventa minutos por jugar y habrá que salir a comerse el mundo, también porque la experiencia del Vila-real en Champions es muy superior a la del Mónaco que, visto lo visto gozó de un penal al primer minuto de juego, con lo que dándole vuelos los monegascos dejó al Vila-real en cueros, simplemente dejándose llevar. Imbatible no me pareció y si bien hay que marcarle un par de goles sin ceder ninguno, no es pot dir figa fins que estiga sota la viga. Estaremos al loro.