En Peñíscola la oferta con identidad propia continúa estando al alza. Una de las propuestas que aúna dos ámbitos que encajan a la perfección en el carácter y la idiosincrasia peñiscolana es el maridaje entre turismo activo y el sector pesquero.

Este agosto se ha impulsado una nueva propuesta que ha funcionado muy bien ya que basa el principio marinero de la península amurallada y su relación milenaria con el mar. Así ha nacido la posibilidad de ofrecer Peñíscola como destino piloto del conocido como «turismo de experiencia» que bajo el paraguas de la marca «Trip&feel» se ha convertido en toda una apuesta por reforzar los lazos entre el ser humano y el mar mediante una experiencia en vivo, y en directo.

Así, esta empresa social, junto al ayuntamiento y la Cofradía de Pescadores, proponen vivir de primera mano la tradición pesquera de lunes a viernes, por lo que el visitante y turista cuenta con una opción más. El medio, de momento, es el propio puerto del municipio, donde una Aula Marinera acoge la parte didáctica de esta experiencia enseñando a un público familiar diferentes aspectos relacionados con el mar. Entre el aprendizaje se encuentran las distintas especies que habitan el Mediterráneo o su fondo marino. Esta iniciativa ha contado con la colaboración del Instituto Universitario de Investigación de la Biodiversidad, que ha cedido material didáctico.

Otro de los puntos de la visita son las propias barcas que jalonan el puerto, que ofrecen todas las posibilidades de una aventura marina desde el mismo lugar en el que están ancladas. Esto permite una conversación directa con los marineros y entrevistarse para saber de primera mano todos los entresijos de este modo de vida vinculado al mar.

Objetivos a corto plazo

Como afirman desde el ayuntamiento, se trata de una actividad de futuro y se pretende ampliar hasta consolidarlo plenamente como producto de destino turístico. Así, en cuanto la legislación lo permita, la experiencia integrará rutas marineras en barca para los turistas que tengan ganas de saborear el salitre de cerca. La próxima temporada estival ya podría contar con embarcaciones escogidas para esta actividad, que podrán abrir su proa de par en par para acoger a turistas con ganas de saber qué textura tienen las redes, cómo sienta el viento marino en el rostro, y especialmente, poner el acento en cómo transcurre la vida de un marinero. Además, se baraja la posibilidad de que se pueda culminar la visita con la degustación de la tradición gastronómica marinera peñiscolana en el propio barco.

Aunque, de momento, nos quedamos en puerto saboreando en familia la vida marinera gracias a esta actividad, que se basa en conceptos sostenibles y respetuosos con el medio.

Como se puede comprobar durante la visita al Aula y al puerto, la baza ganadora de esta propuesta turística es su aspecto didáctico. Nada mejor para comprender un carácter que sumergirte en él, y nada mejor para conocer el entorno, y respetarlo, que establecer una relación directa. La visita al Aula y la excursión hasta el barco permite adentrarse en el universo del mar, mirarle de frente, respirar su oleaje y saborear su libertad, pero también ser conscientes del esfuerzo.

Este tipo de turismo pionero en la Comunitat ha conseguido una gran aceptación este agosto en Peñíscola, ciudad marinera por excelencia. Se ofrece, así, ser espectador de una tradición que ha permitido vivir a muchas familias de la localidad, y que ahora se alía con el turismo para ofrecer la mejor versión de una manera de vivir que ha sobrevivido a través del tiempo.