Con tan solo 19 años recién cumplidos pero una amplia experiencia en el mundo taurino y equino, el segorbino Patxi Guerrero Plasencia debutó ayer como caballista en la segunda de las internacionales Entradas de Toros y Caballos de Segorbe. Una experiencia que tacha de muy recomendable y que ha vivido junto con Imperioso, un potro de un compañero, Francisco Hernández, con mucha ilusión.

¿Por qué ha decidido salir en la entrada?

Me gustan muchos los toros, he estudiado en Extremadura auxiliar de mayoral de reses de lidia y he trabajado con toros y caballos. Es una afición de toda la vida. Me apunté en año pasado y no pudo ser y este año me ha tocado

¿Qué ha sentido durante la carrera?

Es impresionante, me ha gustado muchísimo, no esperaba disfrutarlo tanto, creía que el caballo y yo íbamos a ponernos más nerviosos pero no. Ahora sí, estoy impresionado de lo que aguanta la gente delante hasta que pasamos, no esperaba que fuera tanto, es espectacular. Estoy acostumbrado a trabajar con toros y caballos pero la presión que he sentido hoy no la había sentido jamás.

¿Y los momentos previos?

He llegado un cuarto de hora antes a Mesones, la respuesta del potro ha sido muy buena, yo creía que se iba a asustar más con la música y la gente porque es un potro de siete años muy nervioso, pero no. Y yo estaba muy tranquilo, la verdad.

¿Cómo se ha preparado para salir en la entrada?

He entrenado con Juandro. Él ha ido indicándome qué hacer, hemos practicando paradas, meter el caballo en presión para que esté en el mismo sitio y lo hemos sacado por el recorrido varios días para que se acostumbrase.

¿Qué consejos le han dado sus compañeros?

Siempre que estuviera tranquilo, que me pusiera detrás para ver el primer día, aunque no ha podido ser porque el caballo se me ha colado delante y ya estaba colocado, aunque he disfrutado mucho.

Desde dónde está acostumbrado a ver la Entrada?

Siempre desde un balcón. Solo la he visto una vez a pie de calle el año pasado que debutó Sergio como caballista, pero la verdad es que prefiero verla arriba, porque a pie de calle la ves un segundo, pero de arriba ves mucho más cómo va.