La basílica del Lledó de Castelló está de aniversario. Hace ya 250 años de la inauguración y bendición del actual Santuario de Lledó y para su conmemoración se ha programado una misa y la bajada de la imagen, que tendrá lugar hoy. Es el cuarto templo construido desde el siglo XIV en el lugar de la Santa Troballa de la pequeña imagen de la patrona de Castelló. Santuario elevado en 1983 a la dignidad de Basílica por el papa San Juan Pablo II.

Tras su descubrimiento, con los siglos, se levantaron y modificaron varios edificios en honor a la figura de la Virgen. En aquellos días no se le daba el nombre de capilla u otro análogo, aunque ya se reconocía como Santuario, o incluso como Esgleya, Esglesia o Ecclesia, pero hasta atrajo peregrinaciones y romerías de la ciudad y la comarca. No fue hasta el 1731 cuando se inauguró el templo actual, neoclásico, dejando la portada del edificio anterior, que data de 1572.

El edificio actual se conforma como templo ancho y bien proporcionado, con nave de considerable anchura, capillas a los lados comunicadas entre sí y un crucero poco profundo que no sobresale en planta, quedando integrado en el espacio interior, sobre pechinas, apoyada sobre amplios machones. Detrás del altar mayor, se encuentra un sistema de pilastras cajeadas, con capiteles de molduras de uvas, hojas de acanto y perlas, que recorren el interior, sobrio de decoración, que favorece y destaca la estructura arquitectónica. En el exterior, está localizado el elemento más importante del edificio: la cúpula ochavada, esférica por dentro y poligonal por fuera. El acceso al templo viene marcado por portada de 1572, con un arco de medio punto que arranca de molduras impostas flanqueadas por pilastras estriadas que sostienen un entablamento toscano y rematada por hornacina agallonada, que protege la imagen de la Virgen esculpida en 1970 por Manuel Rodríguez.

El papa Pío XI, el 8 de noviembre de 1922 declaró a la Virgen de Lledó patrona de Castelló. Y el 4 de mayo de 1924 fue coronada canónicamente. La historia del Santuario culmina en tiempos recientes con su declaración oficial del Papa Juan Pablo II, así como algunas gracias especiales llevadas a cargo por otros papas, como es el caso de Juan XXIII y Pablo VI.

La basílica está atendida por un Prior y en ella hay un rico culto litúrgico. La belleza del paraje y la facilidad de acceso al Santuario hace que muchos castellonenses acudan cada día a venerar a la Mare de Déu de Lledó.

En lo que se refiere a las obras de arte, la basílica del Lledó perdió mucho patrimonio durante la Guerra Civil, aunque con el tiempo ha ido recuperando. Entre las pinturas más recientes destacan los cuatro cuadros de los Papas vinculados con la basílica del Lledó y las pinturas de Amat Bellés, en las pechinas de la cúpula y los medallones con el Misterio del Rosario que están en la nave. También hay obras de Ramón Catalán. En cuanto a las esculturas, destacan las imágenes de San Cristóbal y San Vicente, de Álvaro Falomir; así como la Virgen de la Naranja, del escultor Ortells, de Vila-real. También hay que destacar el retablo de Vidal Serrulla del Corazón de Jesús; el gran retablo de la Magdalena, de Vicente Traver Calzada; el cuadro de la Magdalena, de Porcar; y la Sagrada Familia de Manuel Rodríguez, de Navajas. La artista Cristina Cobas restauró el Cristo Crucificado del siglo XVIII, que está en el Altar Mayor; y una imagen de San Francisco, del antiguo convento de los franciscanos; junto a un tapiz de 1923 con la Mare de Déu del Lledó, pintado con motivo de la coronación, del pintor Vicente Castell Doménech.