Vila-real se despidió ayer de sus fiestas como las empezó: apelando a las tradiciones y al peso de la devoción que sienten los vecinos por su patrona, la Mare de Déu de Gràcia. Así se pudo comprobar en uno de los actos más emotivos y esperados, la Pujà de la imagen de la Virgen hasta la ermita, en el Termet, que completó los tres kilómetros que separan la iglesia de este paraje tan emblemático.

Tanto la reina de las fiestas de la ciudad, Silvia Cantavella, como las cuatro jóvenes que han venido acompañándola estos días como sus damas de la corte de honor, Sara Ramos, Rut Manrique, Marta Soler y Belén Lloret, coincidieron en los días previos al inicio de las fiestas que este era uno de los actos más esperados, ya que reconocían la emotividad por la que se caracteriza, de manera especial para ellas cinco, que como destacó ayer Silvia, tienen la oportunidad de llevar a hombros la peana con la imagen de la patrona desde el cementerio hasta la ermita, un privilegio reservado a un grupo de personas entre las que ya se encuentran ellas cinco.

Los fuegos artificiales pusieron el remate final a un día de sentimientos encontrados, ya que Vila-real se despide de sus fiestas hasta el próximo mes de mayo.

La traca que recorre la distancia entre la Basílica de San Pascual y el ayuntamiento fue el primer aviso. A continuación el correfocs llenó de fuego y simbología las calles del centro como paso previo al castillo final de fiestas. Tras su estallido el silencio festivo llegó a la ciudad, que comenzó a prepararse para volver a la rutina.

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Previamente a la despedida festiva se celebraron varios actos durante todo el día, como la jornada de puertas abiertas al Assut, en las que un grupo de personas tuvo la oportunidad de conocer de primera mano las instalaciones hidráulicas, así como recordar la importancia que las infraestructuras de esta naturaleza han tenido para el desarrollo de Vila-real a lo largo de su historia.

La actuación de danza infantil que tuvo lugar por la mañana en la plaza de San Pascual y a la que asistió numeroso público completó el programa cultural de la jornada de clausura, en la que, como se anunció el sábado, se suspendió el XIII Campeonato de Ajedrez Ciudad de Vila-real como consecuencia del fallecimiento de uno de los directivos del club y organizador a su vez de esta cita.

Por su parte, las peñas desmontaron ayer poco a poco los cadafales, y paulatinamente fueron desapareciendo las instalaciones que han tomado las calles de la ciudad durante los diez días en los que se han prologando las celebraciones, como es el caso de Fira de la Tapa o el recinto de la marcha.

En la memoria colectiva quedarán los actos más exitosos, especialmente las citas gastronómicas multitudinarias, que en todos los casos han reunido a miles de personas, como durante la semana destacaron tanto el concejal de Fiestas, Javier Serralvo, como el presidente de la Junta de Festes, José Pascual Colás.