Ignasi Garcia i Felip (Castelló, 1978) recogió formalmente la credencial como concejal del Ayuntamiento de Castelló el pasado jueves, pero en realidad lleva trabajando con sus compañeros de grupo en la gestión municipal desde el Pacte del Grau, y en el colectivo local de Castelló desde 2011. García ocupa desde su nueva responsabilidad dos de las múltiples parcelas que ocupaba Enric Nomdedéu en el consistorio de la capital de La Plana. El nuevo concejal será el portavoz del grupo municipal Compromís y se responsabilizará de las áreas de Normalización Lingüística y Participación y Transparencia.

¿Cómo asume el cargo de concejal? ¿Tendrá dedicación exclusiva?

Mi dedicación será exclusiva, como todos los miembros del equipo de gobierno, a no ser que haya alguna circunstancia específica. Las sensaciones al principio eran de ilusión y de vértigo, pero ahora son cada vez más de responsabilidad y trabajo porque poco a poco vas viendo la gestión del día a día, y existen muchos trámites burocráticos que retrasan aquello que queremos hacer porque la administración local es la que más cercana está al ciudadano, pero también es la que más limitada está por otras administraciones, sobre todo la central.

¿Qué perfil de portavocía va a llevar a cabo?

El perfil de Compromís ha cambiado. Ahora estamos en un gobierno y tanto el nuevo portavoz del PSPV, Rafael Simó, como yo mismo tendremos un perfil más bajo porque para eso hay un portavoz del gobierno. Es una cuestión de política y si hablamos demasiado se pueden generar matices con diferencias grandes en ciertos espacios. Intentaré ser responsable y justo; todavía no tengo un perfil propio, pero evidentemente la genialidad y la capacidad de sarcasmo de Nomdedéu es difícil de asumir.

¿Habrá algún matiz al separarse la portavocía del grupo municipal y la del equipo de gobierno?

Era una cosa que ya estábamos planteando antes de que se marchara Enric y la íbamos a hacer, porque en el caso de que haya que replicar a la oposición se puede tener una vertiente más política y te da cierta libertad para desarrollar matices y opinar diferente en algunos momentos para hacer que Compromís en Castelló tenga su propia voz.

¿Cómo se gestaron los cambios en el grupo municipal?

Los cambios ya los teníamos planteados antes. Queríamos separar también la vicealcaldía de la portavocía, también por razones políticas. El cargo de mayor responsabilidad política que tiene Compromís en Castelló es la vicealcaldía y era lógico que la número dos de la lista la ocupara; Enric Porcar está obligado a hacer unas prácticas para tener un futuro laboral de lo que es su vocación e iba justo de tiempo. Yo, de hecho, soy el portavoz orgánico dentro del colectivo y era lógico que fuera el portavoz del grupo y Verónica Ruiz estaba demostrando una gran capacidad de explicar y de gestión para ser portavoz...solo hay que ver como se está desarrollando el programa de cultura y el gran conocimiento de la casa que tiene. Por los perfiles que teníamos, la decisión salió casi de manera natural.

¿Tienen estos cambios alguna traslación en la candidatura de 2019?

Estoy convencido de que no. La coalición Compromís tiene ventajas e inconvenientes, pero en el caso de las primarias son abiertas y las más democráticas del País Valencià. Puede votar todo el mundo, con un voto ponderado y con reservas de pluralidad para que no hubiera rodillo; yo al principio no era partidario pero al final el resultado ha sido positivo y es el que finalmente se ha ejecutado, no como en otros partidos. No sé si volveremos qué camino escogerá ni quién encabezará la candidatura, pero estoy seguro de que apostaremos por un liderazgo coral, sobretodo en el colectivo de Castelló, que será más colaborativo que competitivo.

Hay perfiles que le describen como una persona con mucha ambición política

(Risas). ¿Qué es ambición política?

Tras las elecciones municipales de 2015 se criticó a Mónica Oltra por tener ambición política...

Hay una doble vertiente. O tienes ambición política o falsa modestia. Cada uno aportamos unas características y una capacidad y unos objetivos. Si yo tengo muy claro el modelo de ciudad o las cosas que hay que hacer en política, intento dialogarlas con mis compañeros. Es cierto que venimos de una tradición donde el líder era uno y hemos de ir hacia liderazgos horizontales, pero personalmente sí que tengo la ambición de poder gestionar, coordinar, motivar y movilizar al colectivo y a mis compañeros. Si eso es ser ambicioso, lo soy. Pero no quisiera caer en la falsa modestia.