Un espectacular Celta de Vigo, tanto en ataque como en los marcajes individuales en defensa, superó al Barcelona, castigado por su rival en cada error propio, con tres goles en diez minutos locos de la primera parte y con otro en la recta final, tras un monumental error de Ter Stegen.

Salvo en el primer cuarto de hora, el problema del Barcelona en el primer acto estuvo en la elaboración, sometido por una asfixiante presión de los jugadores celestes. Al igual que hace un año, cuando los de Luis Enrique sufrieron una dolorosa derrota (4-1) en Vigo, el Celta volvió a enseñarle sus dientes.

En la primera parte, ya con 2-0 en contra, el Barcelona estaba tocado y sus agobios aumentaron con un auto gol de Mathieu cuando intentaba desviar un centro de Wass. Con 3-0 y con una tremenda ovación para los locales el partido se fue al descanso.

Pero la entrada de Andrés Iniesta y un bajón físico del equipo de Berizzo, que cometió un enorme error al encerrarse en su campo, convirtieron, por momentos, la fiesta gallega en una pesadilla. El Barcelona se adueñó del balón y, apoyándose en la calidad del internacional español, empezó a crecer. Piqué puso el 3-1 que asustó todavía más a la afición gallega, que empezó a temer por la victoria cuando Neymar volvió a golpear desde los once metros (3-2). Un clamoroso error de su portero Ter Stegen, al intentar picar el balón por encima de Tucu Hernández cuando éste lo presionó en el área, lo condenó con otro gol, pese a que Piqué volvió a agigantarse para mantener a lo suyos con vida en el minuto 86 que dio paso a un final frenético.