El ambiente taurino superó ayer los límites del recinto habitual de las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo de la Vall d'Uixó, al trasladarse por primera vez hasta la plaza del Centro para participar, por primera vez dentro de este programa de actos, en una matinal en la que participaron alumnos de la escuela de tauromaquia de Castelló, una novedad que, según el presidente de la comisión, Manuel Debón, buscaría ofrecer una mayor variedad de actos.

Los «bous al carrer», después de tres días de celebraciones religiosas, volvieron a ser los protagonistas casi absolutos de las fiestas. En concreto se programaron tres exhibiciones. La primera de la tarde y el toro embolado fueron adquiridos por la comisión, dos ejemplares de El puerto de San Lorenzo y El Ventorrillo respectivamente, mientras que el segundo toro fue patrocinado por la Penya 8 del 8, que para la ocasión optó por Victoriano del Río.

Una tradición no escrita y que no se recoge en ningún programa de fiestas es la que se reproduce cada día que hay toros por la tarde y la noche. Los vecinos del barrio, aprovechando que las calles están cerradas al tráfico, sacan las mesas al exterior y disfrutan más si cabe del ambiente festivo. Para animar la velada, desde hace varios años, la comisión cuenta con la participación del grupo Pum-tratukada, que después del segundo toro recorren el recinto ambientando con su atronadora música de batucada a propios y extraños.

El programa taurino se clausurará esta tarde, con la última exhibición patrocinada por la comisión, en este caso de un astado de Valdefresno, aunque los toros también estarán presentes por la noche, pero como propuesta gastronómica ya que, por primera vez en estas fiestas de la Vall d'Uixó, se ha programado un tombet para el deleite de más de 2.000 personas.