Entre los padres y madres primerizos existe un denominador común que tiene que ver con los cuidados del bebé y es cuándo llevar al recién nacido a urgencias. Pese a que los centros de salud de la provincia de Castelló ofrecen, cada vez más, cursos orientativos para saber cómo actuar en cada caso, la duda sobre si el niño está realmente bien planea sobre los progenitores. El pediatra del Hospital General de Castelló, Jesús García Tena, nos orienta al respecto.

Según explica el doctor García, el primer paso ante un niño enfermo es el pediatra del centro de salud. Cuando el pediatra del niño lo considere indicado, el niño es remitido a urgencias del hospital. No obstante, hay situaciones en que la urgencia o gravedad del caso hace que el niño sea visto directamente en un servicio de urgencias.

Después están las «causas evidentes» en las que un bebé debe ser atendido por Urgencias. A este respecto, el pediatra del General apunta que estas son: accidentes de tráfico, fracturas, intoxicaciones o ahogamientos y atragantamientos.

Asimismo, están las ocasiones en las que el niño tiene que ser visto de inmediato.

01

Fiebres altas: mayores

de 39 ºC

Uno de los indicadores de que un bebé está enfermando es la fiebre. Según explica el pediatra del Hospital General, cuando esta fiebre es superior a los 39 grados centígrados (tomada en la axila), se debe acudir al servicio de Urgencias para que sea explorado.

02

Coloración pálida

La piel del bebé varía con frecuencia hasta que la tonalidad se va estabilizando. Con todo, y según señala el pediatra, si el niño tiene una coloración pálida, tiene que ser visto por un médico, inmediatamente. La palidez es el tono más alarmante, pues suele denotar infección

03

Azulada de piel y mucosas,

La cianosis es la coloración azul violáceo de la piel y las mucosas, sobre todo en los labios, alrededor de la boca y en las manos y los pies. Cuando la piel presenta tonos azulados, quiere decir que los glóbulos rojos están mal oxigenados. La cianosis generalizada se debe a enfermedades respiratorias graves, así como a malformaciones cardíacas en las que se mezcla la sangre venosa con la arterial.

04

Llanto quejumbroso

Los bebés se comunican a través del llanto y descifrar los tipos de lloro para atender al niño satisfactoriamente es otro de los grandes restos a los que se enfrentan los padres. Un llanto débil, quejumbroso y continuado puede denotar que tu bebé no se encuentra bien.

05

Disminución del nivel de conciencia

Otro estado preocupante que requeriría acudir al servicio de urgencias sería la disminución del nivel de conciencia. Este síntoma precisa consulta urgente, sobre todo si se acompaña de fiebre, vómitos, cambios de coloración en la piel y en los labios y movimientos anormales.

06

Convulsiones

El niño puede presentar una convulsión cuando empieza a tensar y contraer repentinamente los músculos, presenta llantos y gemidos acompañados con movimientos involuntarios, no consigue estar de pie o tenga la mirada perdida.

07

Vómitos

Los vómitos son una causa frecuente de consulta en pediatría, la mayoría de las veces en relación con cuadros benignos, aunque en otras pueden ser reflejo de una enfermedad grave. En la práctica, cualquier enfermedad puede cursar con vómitos.

08

Dificultad respiratoria en crups

Es causado por virus como el de la parainfluenza, el virus sincicial respiratorio (VSR), el sarampión, el adenovirus y la influenza. Los casos más graves de crup pueden ser causados por bacterias. Esta afección se denomina traqueítis bacteriana. El crup también puede ser causado por: alergias, inhalar algo que irrite las vías respiratorias o reflujo de ácido.

09

Bronquitis

Los casos de bronquitis. El síntoma más evidente es la tos persistente acompañada de dificultad para respirar, el malestar general y, a veces, la fiebre. El niño tiene un aspecto cansado, respira con dificultad y está muy débil.

Por último, el pediatra del Hospital General señala que las posibilidades «son muy numerosas, y en general siempre hay que valorar el estado general del niño y dejarse llevar por el instinto que nos dice que un niño no está bien».