Lo mejor que le puede pasar a un equipo es lo que evidenció ayer el Castellón. No necesita realizar nada extraordinario para ganar un partido con aires de superioridad manifiesta. El equipo de Manu Calleja se impuso al Muro en un duelo de escaso brillo, pero de dominio único albinegro. Yagüe abrió el marcador en otro premio a pelota parada y Chema lo cerró en el segundo tiempo al transformar un penalti que él mismo había provocado. Poco más, pero cabe subrayar que tampoco menos. Los tres puntos valen lo que valen. Lo ordinario: permiten a los albinegros alargar la dinámica sin derrotas hasta los 22 partidos y recuperar la segunda plaza, tras el pinchazo del Villarreal C. Otro tema es el liderato. El Olímpic no afloja: ganó ayer y mantiene, con un partido más, diez puntos de ventaja.

Castalia comprendió el aroma denso del partido. Un largo café sin cafeína. Mandó la espesura y solo las acciones a pelota parada sacaron al partido del tedio. En juego corrido el trazo fino fue escaso, en parte porque el Muro se encastilló en su campo, muy juntito y muy atento, y en parte porque el Castellón, bien por el lastre que supone el estado del terreno de juego, bien por las propias limitaciones, nunca halló la agilidad asociativa necesaria para desequilibrar a través del movimiento, el ritmo y el pase. Tampoco anduvieron brillantes los extremos en el regate, así que el principal argumento ofensivo de los albinegros, con Lolo Ivars en el banquillo, fue el pie derecho de Ximo Forner en la estrategia.

Los números dicen que ningún equipo del grupo daña tanto al rival a balón parado como el Castellón, y ayer en Castalia se subrayaron los datos. En una segunda jugada, tras un córner, llegó la primera ocasión, un cabezazo franco que pifió el central Enrique, al que la llamativa máscara que luce parece molestar en determinados momentos. El 1-0 lo marcó Yagüe en el 19, en una falta enroscada al área por Forner. Tres albinegros tocaron el balón en el barullo, y al final remate sutil de Yagüe fue el bueno. La pelota fue al rincón y el uno al electrónico.

Casi sin descanso, y frente a un Muro que no varió el plan pese a la desventaja, Clyde Essomba se revolvió en otro córner para exigir la parada de Millán. Pelota parada, siempre, los picos en el valle del juego corrido. Un tiro alto de Abraham a la media hora, tras una apertura de Forner, fue prácticamente el único rédito en ese sentido.

Mejoría local

El Castellón mejoró tras el descanso. Con el balón lo hizo a medida que Ximo Forner creció como foco principal de la circulación, en detrimento de Clyde y los centrales. La entrada de Marenyà en el flanco diestro, que mezcló estupendamente con Abraham, terminó de engrasar la maquinaria. El Castellón dio un paso al frente, el Muro acusó el cansancio y se desnudaron los espacios. Rubén Fonte, titular en la delantera por la sanción de Esaú Rojo, rozó el gol en dos buenos remates de volea, pero el central Jero bajo palos y el meta Millán con una mano firme le negaron la recompensa. Fue Chema quien finiquitó la contienda. Forner lo lanzó a la carrera con una diagonal profunda y Chema se lo hizo él todo: fabricó el penalti y lo transformó, engañando al portero.