Osasuna dio tantas facilidades a los amarillos que, antes del minuto 2, el partido ya estaba encarrilado. El submarino únicamente necesitó de un balón largo y la velocidad de Bakambu para dinamitar el encuentro. El pase al hueco de Rukavina lo aprovechó el congoleño que superó a un Oier que partía con ventaja en la porfía. Desde la línea de fondo, buscó batir a Sirigu. El italino repelió como pudo el balón, pero el rechace se encontró a un Soriano sin marca, el único atento al esférico, que no perdonó ante la portería vacía.

Es cierto que el orgullo espoleó a los rojillos. Con sólo una victoria en su casillero tras 25 jornadas y a 9 puntos de la salvación, los navarros deben apelar a la fe para seguir creyendo en la salvación. Fue en ese tramo, con Osasuna desmelenado en busca del empate, cuando el duelo se puso más diverto. El rigor táctico se desquebrajó y el partido se convirtió en un entretenido correcalles.

Sólo dos minutos después del gol de Soriano, Sergio León casi heló la sonrisa amarilla cuando se plantó ante Andrés Fernández. El guardameta murciano estuvo atento para enviar la pelota a saque de esquina. Y en el minuto 10, Vujadinovic remató una falta desde la frontal, pero de nuevo Andrés Fernández respondió ante la exigencia.

El Villarreal repitió el mismo patrón que en el gol de Soriano, con un balón largo de Trigueros, para sacudirse el dominio local. Bakambu empaló el esférico en el interior del área, pero la pelota se marchó por encima del larguero.

En este toma y daca, respondió Osasuna con un balón largo al área que recogió Sergio León, pero otra vez estuvo atento Andrés Fernández para evitar el empate. Antes de que el partido se sumiera en el letargo, una jugada combinada entre Soriano y Bakambu le permitió a Soldado hacerse con el balón en el área. Pero la defensa local estuvo atenta para evitar el disparo del valenciano.

La efervescencia de Osasuna se disipó a partir del minuto 15 y el Villarreal comenzó a gestionar su ventaja. Además, un agarrón de Berenguer a Soriano en el minuto 25 terminó en penalti. Soldado, que no jugaba en Liga con el submarino desde el 1 de mayo del pasado año, se encargó de anotar, no sin suspense ya que se tuvo que repetir el lanzamiento, a la derecha de Sirigu la pena máxima.

La impotencia y la urgencia comenzaron a atenazar a Osasuna ante un Villarreal que, poco exigido, buscaba una contra para sentenciar, por si acaso no estaba ya el duelo sentenciado. Lo pudo hacer Soriano, tras un centro de Rukavina desde la derecha, pero su disparo acabó en la grada.

Era cuestión de tiempo que el equipo de Escribá finiquitara el asunto, pero el Villarreal se empeñó en sufrir. Los amarillos, en el arranque del segundo tiempo, rompieron una y otra vez la defensa de Osasuna con balones largos. Pero ni Bakambu, ni Soldado fueron capaces de anotar.

Sufrimiento y sentencia

Los de Vasiljevic se creyeron con derecho a tener su chance y la consiguieron gracias a un penalti cometido por Musacchio sobre Sergio León. Roberto Torres sembró las dudas en un Villarreal que, por un momento, vio peligrar su renta. Oriol Riera perdonó el empate en un saque lateral de falta. Su remate sin marca en el área pequeña no encontró portería.

Pero entonces apareció Santos Borré y el Villarreal tomó aire. El colombia, sustituto de Soldado, aprovechó dos contras en cuatro minutos para reivindicarse. La primera, en el 74, tras una ocasión de Osasuna, y la segunda, a partir de una falta botada por Musacchio. La permisividad de la defensa local ayudó a que Borré completara su doblete y dejó sin vida al muerto viviente.