Al Castellón se le está complicando la temporada más de la cuenta. Hasta hace poco los resultados deportivos tapaban una serie de carencias que han aflorado en las últimas semanas. La grave situación institucional, con el incierto futuro del club, y los meses de impagos que acumula el vestuario acaparan ahora las preocupaciones del albinegrismo, que ve cómo esa mezcla tóxica empieza a afectar en los resultados. El Castellón de los 22 partidos sin perder es ahora el Castellón de las 3 derrotas consecutivas. El Castellón que encaja dos goles por partido y que ha perdido fútbol en el proceso. Ayer ni siquiera le valió adelantarse en el marcador con un gol de Esaú Rojo en la segunda mitad, porque el Silla, el modesto equipo valenciano, le dio la vuelta al electrónico en dos mazazos del tramo final.

Fue un exalbinegro, el delantero Pablo Carrascosa, quien envió al Castellón al diván. Carrascosa fue protagonista en las dos acciones clave del encuentro. Primero en el minuto 72, cuando se adelantó a un renqueante Jesús López para cazar el despeje de Zagalá. Carrascosa llegó antes y apretó el gatillo casi sin ángulo. El portero Zagalá, que había evitado el gol con la mano izquierda, en un vuelo sin motor, no tapó la corta como es debido. Se le escapó el balón que pasó la línea de meta. El Silla empató así el partido y al Castellón le afectó. Carrascosa de nuevo, en el minuto 79, birló la cartera a la zaga albinegra. Le cobró una falta al joven David Guinot, y David Verdú presumió de pie derecho. Golpeó de rosca por la parte exterior de una barrera quizá no del todo bien colocada. Zagalá observó inmóvil como la pelota se introducía en el arco, rozando el palo. El Silla encendió todas las alarmas.

La derrota fue especialmente dolorosa para el Castellón, porque parecía haber conseguido lo más complicado. El partido lo condicionó totalmente el viento. En el primer tiempo, el equipo de Manu Calleja lo tuvo en contra, y consiguió su objetivo: que pasara lo menos posible. El Silla percutió por el costado de Jesús López, una de las novedades del once, pero en líneas generales el Castellón se defendió bien. Tuvo incluso una opción a pelota parada, David Guinot mediante, pero el marcador no se movió en la primera mitad.

El once

El Castellón llegó a Silla con bajas importantes, sobre todo en defensa. Las ausencias del central Enrique y del lateral Abraham obligaban a la intervención del entrenador. Calleja decidió apostar por el centrocampista Jordi Marenyà como lateral derecho, y lo cierto es que el de Vila-real no solo cumplió, sino que fue uno de los mejores. En el eje de la zaga, Guinot adelantó a Álvaro Gómez, y en el lateral izquierdo Jesús regresó en detrimento de Álex López.

Por delante destacó la decisión de jugar con un solo punta, con Lolo Ivars en la escolta de Esaú Rojo y con Rubén Fonte ni siquiera en el banquillo, último descarte del técnico. Los de arriba aparecieron tras el descanso, ya con el viento a favor. El 0-1 llegó en una jugada que empezó Ximo Forner y continuó Lolo Ivars. La apertura de éste la convirtió Chema en un buen centro al área desde la parte derecha. Ahí Esaú no perdonó, rematando de primeras a la red.

Era el minuto 52 y al Castellón se le ponía muy de cara el partido. La victoria significaba saltar a la tercera plaza de la clasificación, pero todo se fue al traste en apenas unos minutos. El técnico del Silla, el debutante Ximo Enguix (otro ex del Castellón), movió piezas en busca del empate. El mayor cariz ofensivo del Silla hizo que aparecieran los espacios para las transiciones del Castellón, pero a los albinegros les faltó precisión para coser el partido. Cuando más plácida parecía la matinal, llegaron las concesiones visitantes que el Silla aprovechó a la perfección, con un alto índice de acierto, en los mentados tantos de Carrascosa y Verdú.

A la desesperada, Calleja movió su banquillo. El 1-1 justo había llegado cuando Álex López se disponía a sustituir a Jesús en el lateral izquierdo. En desventaja, tras el 2-1 de Verdú, Calleja quitó al central Guille Vázquez e introdujo a los jóvenes Alexis Meva y Joao Vitor. Se sentó también Javi Zarzo y, en el ataque frontal, el equipo empeoró. Solo Alexis dio la sensación de poder generar algo de peligro, y la ocasión para la igualada la tuvo Esaú Rojo, tras recibir un pase de Marenyà. Pero Esaú, en esta ocasión, voleó a las nubes el remate.

El Silla tiró de manual en esos minutos para, empujado por su animosa afición, alcanzar un triunfo histórico para el conjunto valenciano. Enguix gastó el último cambio para acentuar las interrupciones, y el Castellón se consumió en su propia precipitación.

Las consecuencias

El resultado deja tocados a todos los estamentos del club. Al presidente David Cruz, responsable último del escenario complicado con el que tiene que lidiar el vestuario. Al entrenador Manu Calleja, con decisiones controvertidas como dejar a Rubén Fonte fuera de la convocatoria, o la persistente apuesta por Joao Vitor; o a los propios jugadores, que están acusando el desgaste de un año de conflicto continuo.

De momento a los albinegros les sigue quedando la zona de promoción a tiro de piedra, justo cuando encaran una semana de alta exigencia. El miércoles visita Castalia el Torre Levante de otro exorellut, el veterano Rubén Suárez, que está recortando de tres en tres la distancia con la cabeza. El Castellón debe frenar cuanto antes la dinámica negativa si quiere seguir con aspiraciones a lo máximo en el tramo final del campeonato.