La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castelló ha condenado a doce años y tres meses de prisión a un hombre acusado de maltratar e intentar matar a su mujer, de la que se estaba separando, al asestarle siete puñaladas con un arma blanca en su domicilio.

La Sala le considera culpable de un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género y de asesinato en grado de tentativa, con la circunstancia agravante de parentesco, según recoge la sentencia qe se hizo pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Los hechos sucedieron en enero de 2016 en el domicilio familiar en Torreblanca, cuando la pareja discutió y el hombre, «con el propósito de menoscabar la integridad física» de la mujer, le golpeó en varias ocasiones en la cara, cuello, brazos y cuerpo, hasta que otro hombre que vivía de alquiler en el mismo domicilio logró separar al procesado.

La víctima decidió entonces separarse y la pareja acordó que él dejaría el domicilio familiar en el mes de abril.

Días antes de esta fecha, en marzo, la mujer le preguntó al hombre por los papeles de la hija que tenían en común, necesarios para preparar la separación.

Ante ello el condenado comenzó a agredir a su mujer, «dándole puñetazos hasta tirarla al suelo» mientras la víctima intentaba calmar al hombre para no despertar a la menor, que estaba en el dormitorio.

La víctima pidió al hombre que fueran a hablar fuera del domicilio y fue entonces cuando el procesado cogió un cuchillo de más de quince centímetros de hoja que solían utilizar para cortar jamón, exigiendo salir de casa para hablar, según recoge el fallo.

Ya en la calle, el hombre obligó a la mujer a meterse en el coche, con el que recorrieron unos metros hasta que la víctima, al percatarse de que una mujer paseaba a su perro, abrió la puerta del vehículo en marcha y se lanzó «en un intento desesperado de huir».

Hasta siete puñaladas

El hombre la alcanzó, la agarró por la espalda y le asestó hasta siete puñaladas en el tórax y en el abdomen. El agresor detuvo su acción ante la presencia de unos viandantes y, dejando tendida en el suelo a la víctima, huyó en el coche, siendo detenido horas después.

Según explica la sentencia, cuatro de las siete heridas «tenían una vocación homicida evidente y si no produjeron la muerte instantánea, probablemente fue por mero azar, dado los lugares de impacto y corte, el tipo de arma y las repetidas veces que se empleó, pero que en todo caso hubieran producido la muerte por desangramiento, según expusieron los forenses».

La víctima requirió asistencia médica urgente, traslado en ambulancia medicalizada al Hospital General de Castellón e intervención quirúrgica de urgencia, «lo que evitó su fallecimiento como consecuencia del sangrado y de la producción de una infección intraabdominal».

La Sala ha condenado al hombre a nueve meses de prisión por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género y a once años y seis meses de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, concurriendo en este último la circunstancia de parentesco como agravante.

El procesado no podrá ejercer la patria potestad sobre su hija durante once años y seis meses y, además, se le impone una orden de alejamiento de la víctima durante una década a partir de su puesta en libertad.