La entrada en vigor desde hoy de la prohibición de beber alcohol en las tascas de Castelló a partir de las 10 de la noche (22.00 horas) no implicará la imposición inmediata de sanciones a aquellos ciudadanos que incumplan la restricción. Durante un tiempo prudencial los agentes de la Policía Local responsables de velar por el cumplimiento de la sentencia judicial realizarán una labor meramente informativa, explicando la nueva medida respecto al consumo y las consecuencias económicas de su violación.

«Se ejecutará el protocolo previsto para estos casos, sin imponer por el momento multas. Es una situación especial y tiene que haber ahora al principio una flexibilidad», explica la portavoz del equipo de gobierno, Verònica Ruiz. Esa permisividad no está cuantificada en cantidad de días o semanas dada la singularidad de la decisión, que está noche cogerá por sorpresa a más de uno.

No obstante, el ayuntamiento advierte que «la sanción por el incumplimiento de esa obligación (en alusión al veto) recaerá exclusivamente en los titulares de los establecimientos que permitan la venta de alcohol para su consumo en vía pública más allá de las 22.00 horas», según un comunicado remitido ayer.

«La prohibición es solo para la calle. Los que quieran seguir bebiendo alcohol en el interior de los bares, lo podrán hacer sin ningún problema», matiza Ruiz.

Denuncia de Sense Soroll

El nuevo horario, que en realidad es el que se aplica por ley en los demás espacios al aire libre de la ciudad (y también del resto de localidades españolas), es producto de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia a raíz de la denuncia presentada por la plataforma Sense Soroll en 2009.

«No nos queda más que cumplirla, porque además no cabe recurso alguno», subraya la portavoz de gobierno.

El ayuntamiento prevé mantener en breve una reunión con los responsables de las tascas para explicarles la nueva coyuntura y pedirles su máxima colaboración, ya que la resolución judicial afecta todas las partes implicadas, desde los propios propietarios, pasando por los consumidores, hasta el consistorio, sin olvidar a los vecinos de la zona.