En apenas un mes la Vilavella pondrá a disposición de los aficionados al senderismo y la escalada una vía ferrata única en el territorio nacional, no solo porque es de las pocas de la Comunitat Valenciana a las que se puede acceder directamente sin necesidad de adentrarse en un paraje montañoso, sino porque además ofrecerá vistas al mar, algo «que solo se puede encontrar en otra existente en Francia», según explicó el concejal de Deportes, Domingo Rodríguez.

El proyecto nació hace aproximadamente un año, cuando el consistorio contactó con una empresa «para que limpiara la montaña, ya que la cantera siempre estuvo mal acabada y se producían desprendimientos». A pesar de no tratarse de una zona de paso de personas, cualquier acumulación de rocas se consideraba un riesgo innecesario, de ahí que se apostara por su adecentamiento. «Fueron los técnicos de la empresa los que nos dijeron que era un lugar ideal para instalar una vía ferrata, ya que en este tipo de proyectos se incluye la limpieza de la montaña», y así se apostó por un proyecto que sumaba un nuevo aliciente a la promoción turística y patrimonial de la población.

Los trabajos comenzaron el viernes pasado y tendrán un plazo de ejecución de un mes. «Dos escaladores fueron bajando por el cortado de la cantera, clavando grapas y saneando la zona de elementos potencialmente peligrosos, como vegetación y piedras sueltas», tal como explicó el técnico del departamento de Patrimonio, Joan Vicent. El itinerario tendrá una extensión total de 120 metros «e incluirá un puente tibetano», como un aliciente más para quienes practican esta especialidad deportiva.

Itinerario horizontal y vertical

Como detalló Vicent, «la vía ferrata es un itinerario tanto vertical como horizontal equipado con materiales diversos: clavos, grapas, pasamanos, cadenas, puentes colgantes y tirolinas, que permite transitar con seguridad por zonas de difícil acceso, tanto a senderistas como a gente no habituada a la escalada».

Según Domingo Rodríguez, con este proyecto se logra un doble objetivo, por un lado recuperar una parte de la montaña «que estaba perdida y que suponía un riesgo», al tiempo que se crea un nuevo elemento promocional del municipio, que se aprovechará para atraer nuevos visitantes, que tendrán la oportunidad de conocer otras singularidades de la Vilavella, ya que la vía ferrata «acabará en la ermita y los que la recorren volverán al punto de partida a pie por el casco histórico».

La intención del equipo de gobierno era la de realizar esta inversión en 2016 «incluso llegamos a incluirla en los presupuestos del año pasado, con la previsión de conseguir alguna subvención, que no llegó». Finalmente, los trabajos se sufragarán con fondos propios, al considerar que es un proyecto necesario y que a la larga reportará beneficios para el conjunto del pueblo.

La cantera lleva décadas sin actividad y desde siempre se conocen desprendimientos. «Hace algunos años se decidió construir un muro de contención, que se proyectó como un trinquet, para aprovechar la zona, pero como seguían cayendo rocas, algunas de gran tamaño, decidió cerrarse y solo se mantuvo el muro».