El director del Instituto Oncológico del Hospital Provincial de Castelló, Carlos Ferrer, se ha marcado principal reto como presidente de la Sociedad Española de Oncología y Radioterapia (SEOR), traer a España la protonterapia, un tipo de radiación que mejoraría el tratamiento del cáncer infantil y tumores cerebrales. Ferrer resalta que es una radiación que permite delimitar «muy bien» hasta dónde quieres poner radiación y que, por sus características físicas, «irradias menos el tejido sano y generas menos tumores radioinducidos». Cabe señalar que este tipo de terapia ya se desarrollan en países como Francia.

El doctor Ferrer reseña que sería una técnica idónea sobre todo en niños «porque son tejidos en crecimiento y son pacientes con una esperanza de vida larga». «Gracias al avance de la ciencia la curación de los tumores pediátricos es de un 80 %. Esos niños, si los tratamos con la radiación convencional tienen el riesgo de desarrollar segundos tumores porque tienen una expectativa de vida larga. La protonterapia reduce mucho este riesgo», añade.

Según explica, en la sanidad pública española, en estos momentos no se dispone de estos tratamientos. «Se están enviando pacientes fuera de España pero es un proceso largo, complejo y probablemente esta burocracia en la que nos movemos hace que este recurso se utilice menos de lo que se debería», dice el especialista.

La protonterapia, o terapia con protones, ofrece mejores resultados para los pacientes que se someten a un tratamiento contra el cáncer ya que reduce los efectos secundarios. La energía va directamente al tumor sin que se produzca un daño adicional al tejido sano. Además del cáncer infantil y los tumores cerebrales, esta terapia también sería aplicable con muy buenos resultados en los cánceres urológicos, de mama, de pulmón, sarcomas óseos y de tejidos blandos, cáncer ocular, cáncer de cabeza y cuello y cáncer del sistema nervioso central.

Según explica Ferrer, la instalación de estos equipos oscila entre los 20 y 30 millones de euros y en España podría haber un o dos centros de estas características. «Lo que vamos a establecer desde la SEOR son una serie de recomendaciones y eso lo mandaremos a todas las administraciones públicas sanitarias, desde el ministerio y a todas las consejerias. Nosotros, como profesionales y especialistas en esta materia, tenemos que decir que aquí está indicado. Luego ya verán si es una instalación publica, privada, nosotros no vamos a entrar en eso. Pero sí que pensamos que España, por situación económica, por nivel tecnológico y profesional es un país que está cualificado para tener este tipo de instalaciones», explica el presidente de la sociedad.

En cuanto al lugar donde se podría instalar, Ferrer argumenta que tiene que ser un sitio bien comunicado y con acceso a las infraestructuras de transporte. «España, como país centralista en el diseño de sus comunicaciones, probablemente, lo idóneo sería que estuviera en Madrid», apostilla. Precisamente en Madrid ha empezado un proyecto privado de estas características por lo que «entiendo que la sanidad pública puede aspirar a tener uno».

«Es un proyecto que desde las administraciones públicas se podría apoyar y, si no es invirtiendo, por lo menos facilitando que se lleve adelante. Al final es un tema de priorizar. Muchas veces se han hecho estaciones de AVE en las que bajan tres personas al día, por poner un ejemplo. A lo mejor estas cosas tienen un impacto en la salud global de los ciudadanos que no se puede menospreciar, y hay que ponerlo sobre la mesa», concluye.