El municipio castellonense de Peñíscola se llenó ayer de agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil procedentes del conflicto catalán donde, tras estar alojados en diferentes hoteles, fueron increpados y optaron por marcharse. Después de los disturbios ocurridos en Pineda de Mar y Calella, el Ministerio del Interior optó por trasladar a varios miembros del cuerpo al municipio de Peñíscola, donde fueron hasta tres los hoteles que los alojaron.

Desde las cinco de la tarde hasta que anocheció pudo observarse cómo los agentes se encontraban en el Paseo Marítimo mientras se encontraban fuera de servicio. Además, el flujo de furgones y coches policiales se hizo intenso al mediodía, cuando se produjo la entrada a los establecimientos hoteleros.

La empleada de uno de los hoteles explicó a este periódico que había «muchísimos agentes que pernoctarían allí, concretamente, 160». Ella fue de las pocas personas que quisieron atender preguntas, pues ni los gerentes de los hoteles, ni los recepcionistas, ni los propios agentes aceptaron responder. Es más, ante cualquier pregunta, la contestación fue «no podemos decir nada». Todo este secretismo está justificado, y es que, no quieren que se repitan los altercados a las puertas de los establecimientos como sucedió en los dos municipios catalanes.

R. S. M., procedente de Galicia y clienta de uno de los hoteles quiso manifestar la ilusión que sentía por la presencia de los agentes y declaró que «fue un momento muy emocionante cuando entraron por la puerta del comedor principal y todos los comensales empezaron a aplaudir y a vitorearlos». Esta huésped añadió que no pudo contenerse y se acercó a ellos para darles las gracias y la enhorabuena por el trabajo realizado.

Pero no todo fueron vítores. Según ha podido saber este periódico, un matrimonio que viajaba con el Imserso y que se alojaba en uno de estos hoteles optó por marcharse ya que no querían coincidir con los agentes. También en Benicarló se vieron algunos agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en una lavandería donde acudían en grupo. Los vecinos consiguieron identificarlos pero no se produjo ningún altercado importante.