La gaiata, el símbolo de la tradición y la historia de la ciudad, no tiene fulgor. El monumento de la luz está en el lado oscuro, no brilla, y el objetivo es analizar qué se puede hacer para evitar su apagón definitivo. Los entes festeros, los representantes vecinales, las comisiones de sector y, en definitiva, el vecino de al lado son conscientes de que, o se toman medidas, o acabará siendo un monumento para el olvido. Así queda recogido de forma clara en las cuatro ponencias que se someterán a debate en el próximo Congrés Magdalener, el cuarto que celebra la ciudad, que se antoja clave para ver si Castelló apuesta de una vez por una mayor profesionalización de las fiestas y, en definitiva, por darle un toque moderno que dé sentido a su catalogación de Interés Turístico Internacional en 2010.

Las ponencias, que ya se pueden consultar para presentar enmiendas y textos alternativos ( congresmagdalener.castello.es), marcarán un congreso que se inaugurará el 17 de noviembre. La primera, «El marc de les festes. Estructura organitzativa i de gestió. Agents Festers i finançament». La segunda, «Identitat col·lectiva. Tradició i modernitat. Símbols i representacions oficials». La tercera ponencia, «Actes, programació, espais urbans i participació ciutadana», y la cuarta, «Les festes com a element integrador de la imatge de la ciutat. Projecció exterior».

La gaiata es la gran protagonista de todas las ponencias, en especial de la 2 y la 4, y lo es para dejar patente que algo hay que hacer para «no dejar que agonice». El contexto es claro. En la actualidad hay 19 comisiones de sector que diseñan monumentos con artesanos amateurs, a veces las propias comisiones, y con falta de recursos. Además, se constata «un importante desconocimiento del símbolo y cierta pasividad de la sociedad castellonense».

El Iv Congrés Magdalener, según se recoge en la segunda de las ponencias, apelará por ello a que el gobierno municipal «promueva una renovación de la concepción, producción y promoción de las gaiatas monumentales y un mayor provecho, atendiendo a su singularidad, del potencial cultural y de proyección exterior que tiene este símbolo diferenciador de la Magdalena». En este sentido, entre las propuestas que se plantean es que el gobierno municipal «cree una comisión de expertos de las artes plásticas, de la innovación tecnológica, de los oficios y artesanía y de la promoción turística para que realicen un informe sobre las debilidades, las fortalezas, las oportunidades y los riesgos, con tal de proponer soluciones».

El contenido de esta ponencia es muy contundente a la hora de analizar las gaiatas. «Es difícil encontrar creación artística en tanta repetición de fórmulas estilísticas, ni tampoco hay discurso simbólico o artístico», subraya, para añadir que «pocas gaiatas tienen hoy día un proyecto bien definido y, en la mayoría de los casos, la ejecución amateur aporta baja calidad técnica e incremento de gastos». Además, se subraya que «los diseños actuales solo están pensados para la noche, sin capacidad de atraer también el interés del público durante todo el día».

Escasez de innovación

Es significativo también, como recoge esta ponencia, que «nunca participan artistas reconocidos, ni tampoco centros de formación artística de la ciudad como la Escola d'Art i Superior de Disseny». También es reseñable «la escasez de innovaciones tecnológicas, de ingeniería o de materiales, y la nula implicación de investigadores o profesionales vinculados a grados de la Universitat Jaume I». Dar mayor belleza y espectacularidad al desfile de las gaiatas, otorgar un premio popular, contar con un jurado experto para decidir los premios e incluso estructurar un concurso por secciones según el gasto -similar al de las Fallas- son otras de las propuestas.

En la tercera de las ponencias se propone además recuperar la idea de «festes de la llum» con una nueva estrategia, proponiendo como opciones «una iluminación extraordinaria de calles con propuestas vecinales, la construcción de gaiatas individuales, un desfile de gaiatas de mano y, en definitiva, «convertir Castelló en una ciudad iluminada».