Pocos partidos como el del Castellón ayer en Silla explican la enorme diferencia entre marcar un gol o no marcarlo, y encajarlo o no encajarlo. El salto entre el empate y la victoria es brutal. El Castellón volvió a ganar a domicilio tras cinco empates consecutivos y asoma de nuevo la cabeza por los puestos altos de la tabla.

Los albinegros empezaron la Liga ganando 0-1 en el campo del Elche Ilicitano, a finales de agosto, y gracias a un gol de Kike Ferreres. En el tiempo que va de esa victoria a la de ayer en Silla, también por 0-1, el equipo ha sufrido para competir. Empató en Paterna (1-1), y después empezó una serie de ventajas desperdiciadas. El Castellón se puso por delante e nlos campos de Crevillente, Roda y Eldense, siempre durante la segunda mitad, y vio cómo le empataban luego el partido, siempre en el tramo final.

En el último precedente también empató, pero ya dejó la portería a cero, en las tablas en el feudo del Torre Levante. Sirvió para anticipo de lo de ayer. Volvió a marcar sin descuidar la portería a cero.

Los problemas, en casa

En realidad, los números del Castellón ha domicilio son buenos. No ha perdido y ha ganado dos de los siete partidos, visitando campos de equipos de la zona alta como el Eldense o el Torre Levante, o aspirantes a priori a lo máximo como el Elche Ilicitano o el propio Roda.

Los problemas del Castellón han llegado en casa, donde ha encajado las dos derrotas que lo lastran en la clasificación, dos 0-1 ante Almazora y Atlético Levante. Otra vez, aquellos días: la enorme diferencia entre marcar un gol o no marcarlo, y encajarlo o no encajarlo.