Cristiano Ronaldo volvió a ser decisivo en una final con un tanto de falta que fulminó al Gremio brasileño (1-0), proclamó campeón del mundo al Real Madrid por sexta vez, tercera desde el cambio de formato al Mundial de Clubes, y cerró un 2017 inolvidable para el madridismo, el mejor de su historia con la conquista de cinco títulos.

El Real Madrid sacó a relucir su cara de las finales, siete consecutivas ganadas, especialista en las grandes citas y con un Cristiano Ronaldo decisivo, lanzado en el final de año con un puñado de récords que premian su hambre insaciable en el terreno de juego. Una falta lejana a los 53 minutos la convirtió en gol con un disparo que se coló entre la barrera y botó para ser imposible de parar.

Zidane y su grupo de jugadores pasan a la historia del Madrid cerrando el año con más títulos, cinco, con un Mundial de Clubes que pone el broche. Tuvo que pelearlo en una final de mayor nivel que el torneo. El Gremio mostró desde el inicio que el nivel competitivo ascendía y que para derribarle haría falta esfuerzo más fútbol.

Benzema lo intentaba en el primer acercamiento y Cristiano con un disparo lejano antes de, a siete minutos del descanso, perdonar la ocasión más clara al tardar en armar el disparo con el central Kannemann salvador abajo.

El Gremio quería un partido largo, de desgaste. Con el balón intentaba mantener posesiones largas, buscar espacios en la defensa rival. Sin Arthur, fue Luan el que pedía siempre el balón para intentar desequilibrar, pero no lo consiguió en toda la final. Un tiro lejano de falta de un especialista como Edílson, que se marchó cerca del travesaño de la portería de Keylor, fue su único disparo. Ninguno a puerta.

Todo hacía indicar que era cuestión de tiempo y en la reanudación se liberó el Real Madrid de presión y encerró a su rival. Con más comodidad por el bajón de fuerzas del Gremio, comenzó a llegar con peligro con un latigazo de Cristiano. El portugués estaba en todo, siempre con protagonismo en las grandes citas.

De una de las pocas llegadas a área madridista nació una petición de penalti del Gremio. Ramiro fue derribado por Ramos tras soltar un mal centro. El colegiado no pitó nada y segundos después sí señaló una clara falta que provoco Cristiano tras una bicicleta. Su disparo fue el gol que decidió la final y permitó al Madrid ser el primer club en revalidar este título intercontinental.